¿Es la postura de Apple en el caso San Bernardino una estrategia de Marketing?

¿Es la postura de Apple en el caso San Bernardino una estrategia de Marketing?

Escrito por: Carlos Villar    22 febrero 2016    2 minutos

Dicen que en el amor y en la guerra todo vale y en este último caso parece que se encuentran en estos momentos Apple y el Gobierno de los Estados Unidos a costa del iPhone 5c perteneciente al terrorista del tiroteo de San Bernardino, enfrentados sobre la manera de proceder al respecto.

De hecho, el Departamento de Justicia sigue insistiendo en que Apple cumpla con el requerimiento de permitir que el FBI acceda al contenido del iPhone y ha argumentado que la negativa de la compañía de la manzana a dicho requerimiento se debe más a una estrategia de marketing que a una preocupación real por la seguridad de los usuarios.

En el requerimiento presentado ante un Juez de la Corte Federal, insisten con que en Apple solo están preocupados en realidad por su modelo de negocio y basa semejante afirmación en cooperaciones pasadas por parte de los de Cupertino en casos similares.

El Departamento de Justicia asegura que antes Apple siempre había colaborado a la hora de extraer los datos de sus dispositivos cuando así se les requería, pero con el lanzamiento de iOS 8, la cosa cambió. Apple dejó de almacenar ellos mismos los datos de sus usuarios, perdiendo así la posibilidad de acceder a todos los dispositivos que usaran ese Sistema Operativo o las versiones posteriores.

Así pues, que Apple se haya plantado aduciendo cuestiones éticas referentes a la privacidad de sus clientes es, más allá de las cuestiones técnicas que os acabamos de explicar, una estrategia de marketing para publicitar su modelo de negocio y la presencia de su marca en el mercado, aparentando luchar contra las intromisiones del Gobierno cuando antes no puso reparos a las mismas.

Recordemos que Apple insiste en que ceder a las pretensiones del gobierno supondría un peligroso precedente sobre la vulnerabilidad de la seguridad de los usuarios, algo que secundan la mayoría de las compañías del sector tecnológico.

Vía | The New York Times

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