La justicia también planta cara a los trolls de las patentes
Quiero empezar diciendo que todo aquel que crea, inventa o desarrolla cualquier tipo de cosa (y cuando digo «cualquier cosa» quiero decir precisamente eso, que se aplique a todo), debería tener su reconocimiento económico al respecto, entre otras cosas porque esa remuneración es un acicate importante para fomentar la investigación y para mantener el estatus de vida de quienes han creado algo importante que luego reportara beneficios a terceras partes, pero al mismo tiempo detesto a los Trolls de las patentes.
Me refiero a esas empresas cuyo único propósito resulta en asirse a clavos ardientes provenientes de esas patentes o de los derechos de propiedad relacionados con la tecnología con el único propósito de enriquecerse y poner palos en las ruedas al progreso. Opinión que comparte el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, que ayer se ponía del lado de las compañías tecnológicas frente a las demandas de las empresas de reivindicación de patentes, una denominación refinada para esos Trolls de los que os estamos hablando.
Un respaldo a compañías del sector como Apple y que promueve la mejora de una ley que data ya del 2011 y en la que se prevén alternativas más rápidas y menos costosas para hacer frente a las demandas de estas empresas en la Oficina de Patentes y evitar largos y desesperantes enfrentamientos en los tribunales, además de ahorrar dinero a los afectados.
Una manera, según los entendidos, de proteger más adecuadamente los intereses públicos frentes a las maniobras de estos Trolls de las patentes, que buscan desanimar a la utilización de las mismas, pero no por ello volver más vulnerables los derechos legítimos de los creadores de dichas patentes o minimizar la importancia de su descubrimiento y de su trabajo. Simplemente se busca cambiar la manera de proceder de los estándares legales de la Oficina de Patentes frente a la de los tribunales.
La enorme mayoría de las demandas presentadas a la Oficina de patentes (ocho de cada diez), se saldan a favor del demandado, llegando incluso a invalidar la patente sobre la que se ha hecho el requerimiento en cuestión y, conscientes de ello, lo que el Tribunal busca ahora es evitar todos los dolores de cabeza y de bolsillo derivados de este tipo de litigios.
Vía | The Wall Street Journal
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