Una reflexión acerca del MacBook Pro
El MacBook Pro – a secas, sin pantalla Retina- es ese modelo de Mac sobre el cual algunos le damos ya poco recorrido, pero hay que reconocer que aguanta en el catálogo como un campeón.
Una pregunta al aire de Marco Arment – popular desarrollador, por otra parte- referenciada y respondida por el analista John Gruber en Daring Fireball parece arrojar luz sobre el secreto del éxito del MacBook Pro.
El MacBook Pro sólo ha tenido un recorte de precios, pero desde que se lanzó en 2012 -con gran parte heredada de las anteriores generaciones del mismo modelo- no ha tenido cambio alguno. En comparación con los otros modelos de Mac, tiene baja resolución, un disco duro lento, muy poca memória RAM y una CPU mediocre, incluso en 2012, pero se sigue vendiendo sorprendentemente bien en un grado casi trágico.
Las preguntas del autor del artículo son porqué alguien compra todavía una máquina tan anticuada, fuera de ámbitos muy concretos como centros educativos o grandes empresas; pero el caso es que los argumentos de los propietarios de esta máquina son convincentes.
En esta línea, es John Gruber el que explica resumiendo que es una Mac barato, con gran capacidad de almacenamiento a bajo coste, que bien mirado su resolución no está tan lejos de la resolución Retina y que la unidad de DVD es un punto a favor. Sin embargo, Gruber explica que a él le preocupa la fiabilidad de los discos SSD y su rendimiento, la pantalla Retina, y no tiene interés en la unidad de DVD, aunque otros sí la siguen teniendo. ¿Cual es entonces el secreto del MacBook Pro?
Gruber explica que el MacBook Pro no ha pasado por el aro de la iOSificación y simplificación de todo el ecosistema de Apple, junto a la obsesión por la delgadez, y la casi nula posibilidad de actualización. Ahí podría estar la clave: El MacBook Pro es el último portátil de la marca que permite cambios internos de hardware por parte del usuario.
Puedes ampliar la RAM, puedes cambiarle el disco duro interno por otro de más capacidad o por un SSD más rápido (y te guardas el interno de serie para usarlo como externo, por ejemplo) o puedes sustituir la unidad de DVD por un SSD y usar el lector de discos como unidad externa. Hay muchas posibilidades, sin contar las de conectividad por cable. Hay empresas de terceros que fabrican las cajas que albergan los discos SSD en el interior del Mac e incluso hay kits con todo lo necesario. Algunos servicios técnicos ofrecen incluso el servicio de sustitución.
Esta es la clave: El poder prolongar la vida del equipo y/o adaptarlo a las necesidades de hardware del usuario.
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