La regla de los 6 meses dice que los retrasos del Apple Watch los pagaremos los de siempre

La regla de los 6 meses dice que los retrasos del Apple Watch los pagaremos los de siempre

Escrito por: Chus Vilallonga   @ChusVilallonga    17 abril 2015    5 minutos

Cuando hablamos de productos Apple muy a menudo lo hacemos refiriéndonos a lo que ocurre al otro lado del charco, y a pesar de que algunos insistimos hasta el «cansinismo» de aspectos de la compañía de la manzana, que suelen cumplirse a rajatabla porque siguen un patrón fijo, siempre hay quien se sorprende de ciertas cosas como si nunca hubieran pasado antes.

Con el Apple Watch ocurre algo muy similar que ya pasó tiempo atrás. Con una diferencia, y es que de una fecha oficial fijada que antaño tuvo que retrasarse, se ha pasado al no hay fecha. Y no parece que vaya a haberla a corto plazo. Al igual que lo que ocurrió en 2005, y con muchos otros productos Apple, los retrasos del Apple Watch los pagaremos los de siempre, si se sigue la regla no escrita de los 6 meses.

A mediados de febrero lo advertimos. Lo hicimos en base a un cálculo no oficial, porque estas cifras Apple no suele desvelarlas. Después de la tormenta inicial el día de la apertura de reservas otros cálculos van saliendo a la luz. Se estiman cerca de un millón de reservas sólo en Estados Unidos. En China el modelo más caro es el más vendido. En los 9 países del lanzamiento los plazos de entrega se prolongan por meses. En total se calcula que en 6 horas las primeras unidades del Apple Watch, se agotaron. Se dice que se alcanzaron los 2,3 millones de relojes reservados como cifra global. La disponibilidad online está en el limbo incluso para el día fijado para su lanzamiento, y hasta junio no habrá unidades en las Apple Store físicas. Hay una cola enorme de espera, y otra cola paralela de países donde el producto todavía no ha sido lanzado, justo aquellos donde más se tendrá que esperar.

Retrocedamos 5 años. En 2010, el iPad original, en Europa, se retrasó de finales de abril a finales de mayo, porque en Estados Unidos -atención, sólo en Estados Unidos- el éxito del nuevo producto superó todas las espectativas. Dicho de otro modo, la tableta de Apple llegó mas tarde a Europa porque se priorizó el mercado principal de Apple con una norma más que lógica: Hay que satisfacer primero la demanda donde sabemos que el producto ya es un éxito, antes de lanzarlo en países donde no sabemos si funcionará también.

Con el éxito en reservas del Apple Watch y una demanda enorme en los 9 países del lanzamiento (no sólo en Estados Unidos), es más que evidente que hay que satisfacer primero quien espera, que quien todavía no sabe cuando va a esperar, y cuanto va a esperar. Esto es, en todos los países donde todavía no se ha lanzado probablemente tendremos que esperar más de lo que se cree. Esto es así porque en 2010 no había una demanda voraz procedente de China, ni había dependencia de partes accesorias no tecnológicas de diferentes materiales -como las correas o las cajas de los relojes- entre otros factores, por lo que las posibilidades de que se reduzcan los plazos de espera en la medida que la gente cree, es cada vez más difícil, por mucho que diga Tim Cook.

Es muy sencillo de entender si se extrapola el tiempo que Apple ha tenido desde que anunció el reloj hasta que lo ha puesto a la venta (entre el 9 de septiembre del 2014 y el 10 de abril del 2015), con el tiempo de retraso que se estima en las entregas de los que lo reservaron (entre el 10 de abril y hasta agosto, sin especificar fecha). Es una ventana de entre 5 y 6 meses en ambos casos. Más o menos y a grosso modo, el tiempo que ha invertido hasta ahora en fabricar, es el que estima que tardará en poder distribuir lo que ha vendido más allá de lo previsto, porque primero debe fabricarlo. Es como si las unidades disponibles el día de la apertura de las reservas fueran la mitad de las que vendió.  ¿Y en estas condiciones Apple va a lanzar el reloj más o menos pronto en el resto de países? No lo creo. Incluso en el supuesto que surgieran nuevas cadenas de producción del reloj, se dedicarían a la satisfacción de la demanda no satisfecha y a las compras ya realizadas, antes de un lanzamiento internacional.

El colmo del retraso ya sería el tener que esperar a finales de verano para que el Apple Watch sea lanzado internacionalmente. Luego, Apple esperaría a la keynote de septiembre u octubre -6 meses después del lanzamiento inicial del reloj- para presentar lo que serían los productos estrella de las ventas navideñas. Si fuera el caso, cabría la (remota) posibilidad de que se lanzara otro modelo diferente al actual. ¿Imposible? Ya ocurrió con el iPad de 3º generación; solo estuvo en el mercado 6 meses. Y con el iPhone original -producto nuevo y NO lanzado en Europa-, más de lo mismo.

Venga, seamos optimistas. Si Apple anunciase una fecha de reserva para junio, lo más probable, visto lo visto, es que la mayoría de usuarios de los países no incluidos en el lanzamiento inicial no disfrutase del reloj hasta que terminase verano. Justo en la antesala de una keynote pre-navideña en la que (puede) que se anuncie un nuevo modelo.

Este es el optimismo al que Apple ya nos ha acostumbrado. A que los retrasos de los nuevos productos los paguemos los de siempre.

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