Tres motivos por los que Apple no pondría un USB-C en el iPhone
De lo mucho que se ha hablado sobre los conectores que incluirá o no el próximo iPhone -y sus sucesores- hay un rumor que cobra fuerza en días alternos, y que apunta que el conector definitivo debe ser un USB-C. La base de esta posibilidad se sustenta en que ya es hora de que Apple se adapte a los estándares como hace todo el mundo y que, una vez lo ha introducido en el MacBook, lo hará poco a poco con todos sus productos.
La realidad es que hay varios factores que obstaculizan estas teorías, pero hay tres en concreto, que lo bloquean en gran parte. Veámoslos a continuación.
El primer motivo. Apple sabe que el usuario es un salvaje, y sabe que o carga el iPhone con su cable, o puede que se cargue el iPhone, literalmente, si lo hace con cables de terceras partes. Todos los poseedores de un dispositivo Apple con conector Lightning sabemos cual es la parte del cable que se daña por el paso del tiempo y del uso, incluso en los casos en que el cuidado al conectar y desconectar roza lo enfermizo. La compañía sabe que o 20€ del ala, o no hay iPhone. Incluso el truco de tener un cable para casa y otro para la oficina implica pasar por caja, como mínimo, 2 veces. Ahora, calculad el gasto por hogar donde hay varios iPhones, iPads, y lo que surja.
Otro motivo es el estratégico. Un cable con conector USB-C abre la veda a trapichear los dispositivos casi de cualquier forma excepto las que Apple cree que son las correctas. Si la compañía nunca ha sido partidaria de que se pueda conectar el extremo USB de su cable Lightning a cualquier suministrador de corriente, llamémosle torre de PC, llamémosle cargador de coche de los chinos, la versatilidad de un cable USB de extremo a extremo lleva implícito el no poder proteger la integridad del dispositivo tal y como sí puede hacerlo con un conector y cable propios.
El tercer motivo, es que el USB-C es más grueso que el Lightning, por dentro y por fuera. Si la compañía sigue empecinada en adelgazar sus productos hasta más allá de los límites de la anorexia, lo último que haría es poner un conector USB-C en sus dispositivos. A menos claro, que estuviera dispuesta a que la parte del conector fuera la más delicada y sensible del terminal, algo nada aconsejable, después de la nefasta experiencia de meter un conector rodeado de plástico en los iPhone 3 y 3G. Para muestra, la imagen superior.
Puede que el conector jack desaparezca, pero su sustituto probablemente no será un USB-C.
Vía | Daring Fireball
Más información | Josh Flowers Blog
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