Apple cancela el programa que permitía a sus empleados escuchar las grabaciones de Siri
Una de las noticias que más hondo ha calado en el ecosistema de Apple y en el mundo tecnológico en general ha sido el descubrimiento esta semana de que algunos empleados pertenecientes a una subcontrata de Apple escuchaban grabaciones realizadas por Siri de sus usuarios, algunas de carácter íntimo y muy personal.
Pese a la poca importancia que la mayoría solemos conceder a hechos como este, que terceros pudieran escuchar nuestras conversaciones privadas sin nuestro consentimiento y, lo que es más grave aún, sin nuestro conocimiento, ha levantado un enorme revuelo y ha obligado a Apple a cancelar este programa.
La razón de estas escuchas, en palabras de la propia compañía, obedecía únicamente a motivos de control de calidad del funcionamiento del asistente virtual, como si respondía adecuadamente a los requerimientos que recibía o los motivos por los que se activaba por accidente y para nada buscaba vulnerar la privacidad de los usuarios. Pese a todo, mientras se busca un giro de timón en el funcionamiento de este programa de control, se ha optado por suspender las actividades.
Eso sí, se insiste en que todas las grabaciones recibidas eran completamente anónimas y se trataban, como decíamos, con el único propósito de realizar la calibración (grading) de Siri. Apple insiste también en su compromiso público con la privacidad de sus usuarios y esto incluye ofrecer una experiencia al usar Siri que no resulte para nada lesiva con dicha privacidad. Por eso han decidido suspender de manera global el actual programa de grading mientras se estudia un método alternativo que incluya la opción, como parte de una futura actualización de Software, de que los usuarios puedan elegir o no participar en estos programas de grading.
Una noticia esperada y que quizás no debería haberse producido nunca. Sea o no cierto que esas conversaciones grabadas, insistimos, sin conocimiento ni consentimiento, fueran realmente anónimas, resulta más que cuestionable que terceras personas puedan tener acceso a información personal tan sensible como nuestros datos médicos, grabaciones de parejas teniendo relaciones sexuales y otras activaciones de Siri que contenían incluso trapicheos de drogas.
No importa que los motivos fueran aceptables, pero si se busca mejorar el funcionamiento de Siri o de cualquier otra función de nuestros iPhone o nuestros iPad, no estaría de más contar con la aprobación explícita de quienes elijan (o no) participar en este tipo de programas.
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