Apple desembarca en Israel con Tim Cook como el perfecto embajador
Apple siempre ha sido una multinacional, pero bajo la batuta de Steve Jobs, Estados Unidos parecía el único lugar que importaba realmente. Bajo el mando de Tim Cook, las cosas parecen haber cambiado sustancialmente y mercados como China se han convertido en objetivos lo suficientemente tentadores como para que el propio CEO de la compañía se tome la molestia de viajar a esos países para encargarse personalmente de las negociaciones que sean necesarias.
Ahora le toca el turno a Israel, a donde Cook planea viajar la semana que viene para formar parte de la inauguración de la nueva sede de Apple en el país.
Sede que estará localizada en el distrito financiero de Herzliya Pituach, que lleva siendo la sede de las oficinas de la companía desde que se instalasen en un enorme complejo de oficinas allá por el año 2013. Estas oficinas ocuparán alrededor de 17.000 metros cuadrados y albergarán a más de 800 empleados, especializados en espacios de almacenamiento, investigación y desarrollo y chips de comunicación.
La nueva sede de Herzliya Pituach se unirá así a las otras dos que Apple ya posee en Israel, concretamente en las ciudades de Haifa y de Ra’anana, aunque esta última podría desaparecer y fusionarse con la de Herzliya.
Que Apple quiera expandirse fuera de Los Estados Unidos responde al propósito de tener controlados de primera mano todos los procesos de la empresa que se llevan a cabo fuera del territorio americano y, según ha publicado la prensa local, las habilidades en el campo de la microelectrónica en Israel han sorprendido gratamente y llamado la atención en la altas esferas, de ahí la intención de Tim Cook en encargarse personalmente del tema.
De hecho, siguiendo su costumbre de entrevistarse ocasionalmente con los líderes de los países en los que la manzana posee intereses estratégicos y económicos, El CEO de Apple ya se reunió el año pasado con el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, sin que los temas tratados trascendieran públicamente.
Vía| Haaretz