Apple podría estar abriendo una brecha entre dos tipos de usuarios

Recuerdo que hubo un tiempo en que las actualizaciones del antaño conocido como iPhone OS eran recibidas de maneras diferentes dependiendo del gadget que tuvieras. Si tenias un iPhone, alegría, como en todas las actualizaciones. Pero si tenías un iPod touch la primera reacción era quejarse porque estas actualizaciones eran de pago. Y esto no cambió durante bastante tiempo. De esta forma muchos dibujaron al usuario de primera y al usuario de segunda y, en medio, Apple, que no hacía nada para remediarlo.

Los últimos movimientos de Apple parece que dibujan una brecha entre usuarios bastante similar a la de antaño. Y es que si echamos un vistazo al parque de hardware de la empresa, y levantamos el capó de algunos de sus más recientes productos, hay algunas cosas que no se terminan de comprender… Hasta que vemos el precio final de estos productos. Y es aquí donde nos preguntamos a que tipo de usuarios van dirigidos.

En el mundo tecnológico es tristemente habitual que las empresas nos pinten de nuevo un producto que mantiene muy pocas diferencias que el modelo anterior. Pero cuando el modelo anterior es claramente superior y el nuevo incluye más que mejoras, cambios que pueden pasar factura, es momento de plantarse y preguntarse si esto ya se está yendo de las manos.

A sabiendas que con la RAM soldada en placa de los ordenadores Apple se ahorra unos buenos dineros, al usuario final no le gusta porque sabe que si un módulo falla, puede irse todo el ordenador al traste, pero además sabe que no puede ampliar la RAM del equipo. La alternativa pasa por hacerse con una configuración a medida en la que la ampliación de RAM más pequeña ya se cuenta por centenares de euros, literalmente. Este camino se ha impuesto casi totalmente en los ordenadores de la marca, a excepción de los ordenadores de gama alta -modelos de 27 pulgadas y Mac Pro-, sin entrar en las configuraciones a medida.

La guinda la pone el nuevo modelo de introducción del iMac, con una discutible potencia mínima y capaz de hacer tareas livianas, pero poco más. Se trata de un equipo con el mismo procesador que el más pequeño y sencillo de los portátiles de la marca que también monta el nuevo Mac mini y es el primer caso que motiva que uno se pare a pensar.

Entramos en el capítulo iPhone / iPad. No se explica porqué en algunos modelos se ha sacrificado el que incorpora 32Gb de capacidad. Bueno, si que se explica. Porque el de 16Gb ya se queda corto a gran parte de los usuarios, y de esta manera se invita amablemente a saltar al que monta 64Gb con el incremento de precio que eso supone. ¿En qué modelo se ha sacrificado la unidad de 32Gb? Efectivamente, en los recientemente lanzados iPad Air 2 e iPad mini 3 que si bien es cierto que incorporan Touch ID, dudo mucho que eso sirva de justificación universal. En el producto estrella, el iPhone, ocurre exactamente lo mismo. iPhone 6 e iPhone 6 Plus tampoco tienen un modelo con 32Gb de capacidad.

Ahora el concepto de «modelo de introducción»  tal y como lo conocíamos se desdibuja y entran en escena una nueva versión actualizada: Los productos con menor capacidad y prestaciones son más numerosos en todas las familias pero cuestan lo mismo que los «modelos de introducción» anteriores. Que alguien me lo explique.

Efectivamente, Apple no es una ONG y al ser una empresa, su objetivo es hacer dinero. Pero, ¿A cualquier precio?

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