El Apple Watch ha sido mucho más difícil de diseñar que el iPhone, según Jonathan Ive
Las implicaciones históricas. Esas han sido las causas principales de que el Apple Watch supusiera un desafío a la hora de diseñarlo que superó con creces aún al del siempre admirado (y con razón) iPhone original.
En un evento celebrado esta misma semana, el máximo responsable del departamento creativo de Apple ha reconocido que el esperadísimo smartwatch de la manzana supuso una lección de humildad y una experiencia de completo desafío, precisamente por esas implicaciones históricas que no son si no el legado del diseño y la apariencia que tradicionalmente aplicamos a lo que debe ser un reloj de muñeca.
Además, el hombre tras creaciones tan destacables como el citado iPhone, pero también tras el iPod, el iPad o cualquiera de los productos de Apple que han salido al mercado en los últimos 15 años se enfrenta ahora a un nuevo reto desconocido para él: el mundo de la moda.
Ive ha realizado estas declaraciones en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, donde el gurú del diseño de Apple recogía el Bay Area Treasure Award de este año 2014, un premio que recompensa a los artistas y creativos cuyo trabajo ha contribuido a redefinir los conceptos del arte visual.
Aunque, como ya hemos apuntado, la moda y la opinión de los expertos en este mundo van a jugar un papel de vital importancia en el éxito o el fracaso del dispositivo, Jony Ive ha asegurado que no sólo tuvo eso en cuenta a la hora de diseñar el Apple Watch, si no que también prestó especial atención a las posibilidades de la personalización.
Esta categoría de productos, conocidos como wearables en inglés, son precisamente muy personales y tanto el hardware como el software debían ser altamente personalizables por parte del usuario, mucho más que en el resto de los fabricados hasta ahora por la compañía, lo que incluía diferentes colores, tamaños o materiales.
Vía | The Wall Street Journal