A BlackBerry no le gustan las políticas de seguridad de Apple
De un tiempo a esta parte, con el pretexto de la seguridad común, del bien mayor, que se suele decir, se ha debatido hasta la saciedad si se debería sacrificar la privacidad en función de permitir al gobierno un control que redunde en la seguridad de la mayoría.
Una gran parte de la sociedad, entre los que me cuento, optamos por defender nuestra privacidad. Una tendencia que cuenta con aliados de peso como es el caso de Apple, pero no todos comparten ese punto de vista y entre estos últimos se encuentra John Chen, el CEO de BlackBerry, que acusa a los de Cupertino y a quienes piensan como ellos de anteponer su reputación al bien común.
Chen considera que encriptar la información que se comparte y las políticas de privacidad que protegen a toda costa al usuario, tiene su punto negro en que también protege usos indebidos de esta información, incluso actividades criminales.
Es verdad que no hace referencia concreta a Apple, pero deja bastante claro de quién está hablando cuando dice de que «una de las compañías tecnológicas más importantes y poderosas del mundo» (¿adivináis quién?) se equivoca al rehusar colaborar con las autoridades y permitir el acceso a los datos de un smartphone que pertenecía a un conocido traficante de drogas.
Para el CEO de BlackBerry, actualmente estamos en una especie de lugar indeterminado en la que las compañías prefieren anteponer su reputación y sus beneficio personales antes que el bien común de la sociedad. Su compañía, sin embargo, sí entiende perfectamente el compromiso con sus clientes frente a su privacidad y su seguridad personal, pero hace un énfasis especial en que ese compromiso no incluye a los delincuentes.
Porque Chen considera que quienes ofrezcan servicios de encriptación deberían tener la responsabilidad de colaborar con las autoridades, aunque, por otro lado, asegura que no han permitido que el gobierno acceso a sus servidores,ni lo harán jamás, poniendo como ejemplo su negativa a colaborar con el gobierno pakistaní, que pretendía monitorizar todas las comunicaciones en el país.
Al final, sin embargo, admite no tener la solución a este debate entre privacidad y ética en la comunicación con las agencias de seguridad, pero sí defiende su postura de no facilitar a los criminales la impunidad en el uso de las nuevas tecnologías.
Vía | Blogs de BlackBerry
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