Las claves de la renuncia de Steve Jobs, sin histerias ni exageraciones

Las claves de la renuncia de Steve Jobs, sin histerias ni exageraciones

Escrito por: Chus Vilallonga   @ChusVilallonga    29 agosto 2011    6 minutos

La próxima vez que os sirvais una cerveza, hacedlo sin decantar el vaso. La espuma subirá espectacularmente, casi desbordará, y luego irá bajando progresivamente. Esto será exactamente lo que sabéis que pasará, y lo haréis sabiendo como acabará. Esto es, exactamente, lo que ha hecho Apple y Steve Jobs -por este orden- en lo que ha sido una maniobra que todos sabíamos que llegaría, que ha sido calculada y estudiada al milímetro, y que por supuesto ni es el fin del mundo, ni lleva la compañía de Cupertino a la picota.

A partir de aquí no deja de ser sorprendente que la red hierva de artículos póstumos como si Jobs hubiera fallecido -y dicho sea de paso, a saber qué se va a escribir sobre él cuando llegue el momento- , como si Apple cayera en picado en prestigio, cotización en bolsa, calidad y estándares, como si los seguidores de la empresa no fuéramos a levantar cabeza, y los fanboys no tuvieran más remedio que suicidarse. Vamos a hacer un repaso a lo que ha pasado, porqué ha pasado, y lo que queda por venir, que no es poco…

La primera reacción en caliente, puede ser la equivocada

Pongo en duda que todos los directivos de empresas competencia de Apple tengan una oportunidad para adelantarse ahora que Jobs no está al frente, porque mientras se frotan las manos, en Cupertino siguen andando un camino y viendo a futuro lo que hay que recorrer. Así, «a futuro», es como suelen trabajar las cotizaciones bursátiles. Mirad las cotizaciones poco después del anuncio, y miradlas ahora. Y es que, mientras Jobs estaba de retiro provisional, Apple ha alcanzado, de nuevo, beneficios récord por varios ejercicios fiscales. Ha lanzado productos que ya son exitosos. Y servicios que muchos quisieran tener en su catálogo, más todo lo que está por venir a cortísimo plazo.

Somos muy pocos los que apostamos que el colofón  final de Jobs no ha llegado todavía, pero está a la vuelta de la esquina. Puede que lo veamos una última vez en el escenario marcando la marcha de la industria de los próximos años, añadiendo algo totalmente impensable y revolucionario. Pero todavía somos muchos menos los que pensamos que el golpe maestro de Jobs es precisamente su marcha al frente de la empresa. Todo Steve Jobs se refleja en Apple, pero Apple no es Steve Jobs, y puede que a partir de ahora se demuestre que la herencia es lo que es y supone Apple, y no lo que vende y/o fabrica. 

Se veía a venir, y si no, sabíamos que pasaría tarde o temprano

Los más veteranos del lugar sabemos que Steve Jobs tiene problemas de salud, y que en este sentido ha pasado por muy malos momentos; esto, pesa sobre cualquiera. La primera vez que la salud de Jobs pesó más públicamente que nunca -y de esto no fue precisamente hace cuatro días- conllevó que se dijera en abierto, también por primera vez, que era el primer paso hacia la despedida. En un momento clave en cuanto a los cambios tecnológicos y nuevas tendencias, se dejó muy claro que era un retiro temporal. Las posteriores apariciones públicas de Jobs fueron observadas con lupa; efectivamente, no tenía el mejor aspecto, y esto propició que se hablara todavía más del tema.

Pero por encima de todo, está el hecho de que por muy mal que estuviera Jobs, el fundador de Apple se ha dedicado a lo suyo pasando olímpicamente de todo lo que se comentara sobre él, llegando hasta el punto de que incluso se ha tomado a broma auténticas meteduras de pata que apuntaban que ya había fallecido. En resumen, Jobs siempre ha dicho que mientras se viera en condiciones, seguiría con sus tareas en Apple propias de su cargo… hasta que llegase el momento que ya está aquí. Nadie mejor que Jobs para tomar su propia decisión a tiempo, nadie mejor que Jobs para anticiparse a las reacciones y consecuencias, y nadie mejor que Jobs para estar totalmente seguro de que Apple sabrá capear el temporal. 

Se va del frente, pero no se retira

Los retiros hasta ahora temporales de Steve Jobs siempre han estado marcados por el alejamiento del frente y del día a día de la empresa. Pero, en cuanto a decisiones realmente importantes y decisiones clave, siempre ha estado ahí. A partir de ahora las cosas a nivel oficial seguirán esta misma tónica; más que decidir lo que va a hacer es aprobar, para entendernos. Pero francamente, teniendo en cuenta el peso que Jobs ha tenido en Apple durante mucho tiempo, probablemente tendrá más peso del que de puertas hacia fuera conoceremos realmente.

Quien crea que la forma de hacer las cosas de Jobs no seguirán igual en la empresa, está en un error. Si habláramos de un directivo que se va y deja al mando a otro, puede, pero no en el caso de un directivo que se ha rodeado de los mejores, los cuales saben cómo y porque de todo lo que rodea a la empresa, llegando como equipo a un nivel de excelencia y dedicación que raras veces se ha visto en la industria tecnológica, y una pasión que se refleja en todos y cada uno de los productos que comercializa.

Nada se ha dejado al azar

Si cada vez que se ha preguntado a la compañía sobre un plan de sucesión de Steve Jobs se hubiera dicho la verdad, las oleadas de pánico hubieran hecho mucho daño a Apple, por la única y sencilla razón de que se daría a entender que el fin estaba cerca. Esta opción es estratégicamente muy peligrosa, y más cuando para peligros, ya hemos tenido hasta ahora todo lo malo y premonitorio sobre Jobs de los «expertos». ¿Alguien cree que en escasos minutos de diferencia se ha pasado del «Jobs deja su cargo» al «ya tenemos sucesor» ?¿Así, como quién decide en un momento si desayuna magdalena o croissant? No; había un plan. Y es el propio Jobs el que lo ha reconocido en su carta.

Por si alguien se rasga las vestiduras gritando al cielo «y ahora, qué?», sólo que se pare a pensar en que si Apple ha sabido estar por delante en su campo, es porque ha sabido siempre anticiparse; y la anticipación requiere planificación y ejecución, y todo, perfectamente orquestado y calculado. El camino por el que andamos es sólo una pequeña parte de lo que queda por recorrer, y este camino ya está marcado, planificado por Jobs y está siendo ejecutado por otros, pero por Apple al fin y al cabo. Ahora mismo -y mañana Diós dirá- no hay porqué preocuparse.

Esta vez, nada va a cambiar

Con el tiempo, algunas cosas se ensucian, pero por norma general las buenas bases siempre quedan. Y en el mundo empresarial, las personas vienen y van pero las compañías permanecen con el paso del tiempo. Cuando le deis una vuelta a este artículo, pensad que no hablamos de una empresa; hablamos de la que para muchos, es la empresa, a todos los efectos de lo que ello implica, mucho más allá de los aspectos tecnológicos, llegando incluso a aspectos sociales, culturales y humanos.

Algunos no nos despedimos; Steve Jobs no se marcha, y de hecho, siempre estará ahí.

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un comentario

  1. Pablo dice:

    Un dia Steve Jobs dijo «el dia que no pueda aportarle nada a apple, renunciare», quiza para el llego esa hora, mas alla de sacar cosas nuevas como por ej, el proximo arribo del iPhone 5 o el iPad 3, que no son mas que mejoras de lo anterior. Es casualidad de que pocos dias despues de la salida del OS Lion Steve se fuera? ya que este sistema operativo no es mejora del anterior, sino un OS destinado mas la fusion de iPads y iphone. Que opinan, pensara que no puede aportar mas nada apple?