Cómo la app Ruido del Apple Watch ha cambiado la vida de un joven con autismo
Cada vez que se presenta un nuevo Apple Watch, siempre nos fijamos en las mismas características y en las mismas aplicaciones generales. Nos interesa si es rápido, si vamos a poder integrarlo con nuestro iPhone y acabamos dando prioridad a las apps relacionadas con el deporte o la salud. Suelen ser siempre las mismas cosas, sólo hace falta echar un vistazo a los análisis de todos los medios.
Y la gran mayoría de las veces se nos pasan por alto esas pequeñas características, esas funciones, esas aplicaciones que pasan desapercibidas porque no están orientadas a la gran mayoría de los usuarios, si no que encuentran utilidad en casos muy concretos que acaban compensando con creces no destacar en los titulares. Este es el caso de la app Ruido de watchOS 6 y en cómo ha mejorado la vida de un chaval con autismo. Esta es la historia.
Sam Bennet es un joven de 21 años de Texas diagnosticado con autismo y que ha encontrado en la app Ruido de su Apple Watch una herramienta básica para mejorar su manera de relacionarse con las personas de su entorno.
Resulta que, tal y como cuenta su padre, a Sam le cuesta mucho mantener un tono de voz bajo cuando habla. Es un chico muy sociable y le encanta relacionarse con los demás, pero aunque se esfuerza por intentar evitarlo, siempre acaba hablando con un tono de voz demasiado elevado, lo que provoca que ir en familia a sitios públicos no sea fácil por temor a evitar las reacciones de otras personas a ese tono de voz realmente elevado de su hijo.
Y es aquí donde la app Ruido del Apple Watch ha conseguido triunfar donde muchas otras alternativas habían fracasado anteriormente.
Esta app es capaz de medir los decibelios en tiempo real y el chaval enseguida aprendió a utilizarla para medir el volumen de su propia voz. Ante la incredulidad de sus padres, Sam empezó a hablar en un tono mucho menos ruidoso y cada vez que vuelve a elevarse por encima de lo deseable, el Apple Watch de Sam le avisa para que baje el tono.
Hay millones de personas en el mundo como Sam, con necesidades especiales. Iguales, pero diferentes. Cada uno con su propia historia a las que la tecnología puede ayudar a vivir mejor. Y lo hace gracias a aplicaciones y funciones que a veces nos pasan desapercibidas a la mayoría, pero que Apple y los demás fabricantes no descuidan y que pueden marcar la diferencia.
Y, de hecho, lo hacen.
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