Crónica de la inauguración de la Apple Store de Marbella
Del difunto Steve Jobs se solía decir que estaba rodeado por un campo de distorsión de la realidad que te hacía ver las cosas de una manera diferente: te hacía ver las cosas al estilo de Apple. Este campo está implantado profundamente en el ADN de la compañía y hoy teníamos una magnífica oportunidad de vivir en primera persona hasta que punto la realidad se distorsiona en presencia de la compañía, amen de comprobar la capacidad de convocatoria de los chicos de Cupertino. Las circunstancias además se alinearon para aumentar aún más si cabe la capacidad de convocatoria de Apple amaneciendo un día soleado a pesar de haber llovido la noche anterior.
Para terminar de poner todos los astros a favor, la apertura ha coincidido con el Black Friday que, para aquellos que aún no lo conozcan, es un día en el que tradicionalmente las compañías estadounidenses hacen descuentos en sus productos. No solo había descuentos rondando el 10% en Macs, iPods e iPads, sino que también era posible encontrar suculentos descuentos en accesorios de terceros como el Zeppelin de Bowers & Wilkin, rebajado nada más y nada menos que en 101€. La propia Apple ha elaborado un folleto especial para la ocasión en el que detallaba los descuentos disponibles y que se entregaba a cada uno de los asistentes.
Por si fuera poco, la promesa de una camiseta con el logo de la compañía para las mil primeras personas terminaba de convencer a muchos aficionados para madrugar e incluso pasar la noche allí, como pudimos ver en el caso de Guille, la primera persona en presentarse a hacer cola nada más y nada menos que a las siete de la tarde del día anterior. A nuestra llegada poco después de las ocho de la mañana ya encontrábamos del orden de una treintena de personas en el interior del centro comercial La Cañada, que tuvo la deferencia de abrir una puerta para que la gente allí reunida pudiera esperar en el interior del recinto. Todo un detalle por parte de la dirección del centro.
Otro detalle a mencionar, esta vez por parte de Apple, ha sido el desayuno a base de café y croissants que ha servido a las personas que allí nos encontrábamos sobre las 9 de la mañana. Se nota que la compañía se ha acostumbrado a tener que gestionar largas colas de personas que llegan a pasar varios días a la intemperie para adquirir sus novedades y está preparada para estas contingencias.
Para la hora de apertura, 10 de la mañana, ya había en cola unas 200 personas además de aproximadamente, una veintena de medios entre prensa generalista nacional, prensa local y medios especializados. La propia alcaldesa de Marbella acudió a la inauguración y posó para los medios delante de los productos de Apple.
Pero uno de los eventos que crea más expectación en las aperturas de tiendas oficiales de Apple es la famosa bienvenida que brindan los empleados a los clientes. Hemos podido comprobar que, no solo se trata de recibir calurosamente a las primeras personas que van entrando, sino que, además, calentaron el ambiente desde 15 minutos antes de la apertura oficial, con cánticos como “Sí sí sí, Apple ya está aquí” o “Que bote La Cañada”, sin olvidar el grito de guerra espartano de la película 300.
A nivel particular comentaré que no me gustaría estar en el pellejo de un empleado en ese momento y que a muchas personas les parece un exceso. Sin embargo, el recibimiento es una de las muestras más claras del famoso campo de distorsión de la realidad, y muestra de ello fue la gran acogida que tuvo entre las personas de la cola que corearon, gritaron y botaron con los propios empleados cual hinchada de equipo de fútbol en el estadio.
Mucho se ha comentado sobre el control tan exhaustivo que tiende a tener Apple en todo lo que hace, y aquí me gustaría intentar explicaros uno de esos detalles que te hace darte cuenta de hasta que punto planifican estos eventos. En la entrada, antes de apertura, los medios acreditados estábamos a un lateral, fuera del frontal de la tienda, para que los clientes que estaban en la cola pudieran ver en toda su magnitud la tienda. Una vez se empezó a dejar pasar los clientes al interior, un responsable de Apple iba controlando que en ningún momento nos cruzáramos medios con clientes, de tal manera que, por ejemplo, daban paso a una o dos personas y, una vez estas estuvieran dentro de la tienda previa ovación individualizada de los empleados choque de manos incluido, dejaban pasar a 2 o 3 personas de los medios para que la tienda no estuviera ya llena de gente ajena a los clientes desde el principio pero que, en la medida de lo posible, pudiéramos tomar fotografías del momento de entrada de los primeros clientes. De esta manera los clientes no fueron estorbados en ningún momento por los medios de comunicación, tuvieron la tienda prácticamente para ellos solos en los primeros minutos, y sin embargo los medios pudieron tomar fotografías de manera escalonada, si bien algunos medios se quejaron del sistema al llegarles el turno varios minutos más tarde de que los primeros clientes ya estuvieran en el interior.
Una vez en su interior la tienda en sí no depara grandes sorpresas: es tal y como os la podéis imaginar si habéis estado en alguna de las tres tiendas que Apple tiene abiertas en el resto del territorio nacional. Nada más entrar nos encontramos con la zona de compra fácil con un área acotada repleta de iPods, iPads e iPhones listos para ser entregados en pocos minutos para aquellas personas que vienen a tiro fijo y no necesitan asesoramiento. A medida que vamos entrando encontramos varias mesas con todos los productos en exposición para encontrar al fondo del todo el área de configuraciones personalizadas. En una ramificación a la derecha se llega a un área donde está instalada la Genius Bar así como las zonas de One to One e incluso una pequeña área pensada para los más pequeños. Así mismo las paredes laterales están repletas de suelo a techo con todos los accesorios que os podáis imaginar, desde discos duros externos hasta correas de reloj para iPod Nano.
Los Genius han estado bastante atareados toda la mañana. A pesar de que no se podía reservar para hoy en la página web esta mañana, los empleados han estado bastantes solícitos a la hora de atender a los clientes con problemas en sus dispositivos. Yo mismo he querido comprobar el funcionamiento del servicio y he llevado a reparar un iPhone 3GS que tenía averiado, si bien reservaré la experiencia para un futuro artículo.
Hablando del personal, son aproximadamente 80 personas trabajando en un local de 1700 metros cuadrados. Nuevamente el campo de distorsión de la realidad entra en juego en cuanto te acercas a consultar o pedir asesoramiento: sonrisas por doquier, mantenimiento de contacto visual en prácticamente todo momento y continuos gestos y saludos si estabas esperando mientras realizaban alguna gestión para que no te sientas desatendido en ningún momento. Sin duda el verdadero valor de las Apple Store son sus empleados y hoy, más aún al ser un día especial, se nota.
Cabe destacar que, a la 1 de la tarde, 3 horas después de la apertura, todavía había un pequeño equipo de empleados formado por media docena de personas aplaudiendo y jaleando a los clientes que iban entrando a dicha hora. Sin duda Apple pone toda la carne en el asador en este tipo de eventos y procura no bajar la guardia y seguir controlando los detalles, y otra muestra de ello es que las cajas vacías de las camisetas de regalo apenas duraban abandonadas en las mesas escasos instantes.
Sin duda la apertura de la tienda es toda una experiencia y una clara muestra de porqué Apple ha llegado a estar donde está ahora mismo. La perfecta organización, el apoyo constante por parte de los empleados que también nos ha facilitado el trabajo a los medios allí reunidos y una estructura simple y minimalista sin grandes alardes pero que evitan distracciones y facilitan el transito a los clientes hacen de las Apple Store el mejor lugar para adquirir productos de la compañía. Desde hoy los costasoleños nos podemos vanagloriar de tener nuestra propia tienda a un paso.
un comentario
Y yo que pertenezco al colectivo de usuarios de Apple, realmente pensaba que éramos algo más inteligentes que los garrulos que acuden allá donde hay un tumulto, un partido de fútbol, un cartel de gratis, o un accidente en la vía pública.
No me imagino en todos los años de mi vida haciendo cola 2 horas antes para entrar a una Apple Store.
Y que conste que soy usuario y consumidor de la marca.