Cronología de la guerra Facebook contra Apple (I): Quien lanza la primera piedra…
Facebook y Apple nunca se han llevado bien. Ambas compañías compiten en el mismo sector tecnológico y aunque sus targets parecen distintos en principio, a la hora de la verdad tampoco lo son tanto. Las dos quieren hacer negocio con su base de usuarios y la primera necesita bastante del ecosistema de la segunda, por eso cuando sus respectivos intereses chocan, el enfrentamiento no suele hacerse esperar.
Pero quizá esta semana las cosas se han salido un poco de madre, que se dice vulgarmente, y ambas compañías ah escenificado un toma y daca de acusaciones mutuas que ha ido in creciendo y que empezó con un anuncio en la prensa tradicional americana por parte de Facebook que no dejaba bien parado a Apple. Esa fue la chispa que lo empezó todo.
En dichos anuncios, desplegados en los principales periódicos de EE.UU, se quejaba de que los nuevos cambios incluidos en iOS 14 respecto a la gestión de datos y la publicidad personalizada resultaban perjudiciales para los pequeños negocios. De ahí ese We’re standing up to Apple for small businesses everywhere (Apoyamos a todos los pequeños negocios contra Apple) del encabezado del anuncio.
Unos cambios que, a partir del año que viene, obligarán a todas las apps que instalemos en nuestro iPhone o iPad a que nos pidan permiso expreso al usuario si van a utilizar tecnología ad-tracking. Los de Zuckerberg dan por hecho que todos vamos a rehusar conceder ese permiso, lo que redundará en que no se podrán ofrecer anuncios personalizados y se volverá a la publicidad genérica que, y ahí está el quiz de la cuestión, ofrece menos beneficios.
Y eso perjudica a los desarrolladores y a Facebook, claro, aunque la Red Social se empeñe en decir que esta protesta no es por sus intereses, si no por los de esos desarrolladores y las pequeñas empresas del sector.
Por eso exigían que los organismos competentes evitasen que Apple tuviera el control absoluto de todo el ecosistema que funciona en sus dispositivos y no perjudique a terceras partes como la propia (aquí sí) Facebook.
En Cupertino, claro, no se quedaron con los brazos cruzados y respondieron, vaya si respondieron, pero eso mejor lo dejamos para mañana y lo analizamos un poco en detalle.
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