Facebook y el precio de nuestra privacidad en las Redes Sociales
Nuestra privacidad en las Redes Sociales tiene un precio: 5.000 millones de dólares, unos 4.436 millones de euros al cambio. Esto al menos es lo que le va a costar a Facebook haber violado esa privacidad de sus usuarios al ceder sus datos sin consentimiento previo a la empresa Cambridge Analítica.
Una multa de récord en cuya cantidad seguramente pesa también que la compañía sea reincidente en esto de airear los datos de sus clientes a pesar de sus reglas y sus promesas de protección. La privacidad en Internet es a día de hoy el mayor problema tecnológico al que nos enfrentamos, y es mucho más difícil de combatir que otras amenazas previas, sobre todo porque no sólo no somos muy conscientes de cuanta información ofrecemos a otras personas, si no que además no siempre podemos impedirlo aunque queramos.
Así se cierra una investigación iniciada en 2018 que reveló que Cambridge Analítica, una consultora política con sede en Reino Unido y que fue contratada por la campaña presidencial de Donald Trump en las elecciones de 2016, había utilizado información privada de decenas de millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento con el fin de crear publicidad política personalizada durante dichas elecciones.
Información que se recopilaba a través de una aplicación llamada This Is Your Digital Life, creada supuestamente con fines académicos pero que en realidad utilizaba los datos recopilados con fines bastante alejados de ese propósito y sin que Facebook se diera cuenta.
¿Y cómo afectará esta multa a la compañía de Zuckerberg?
Pues da la impresión de que por muy de récord que sea el castigo, no termina de compensar por una actitud semejante. Facebook ya contaba con la multa y en su previsión de gastos de la última junta de accionistas había destinado fondos para paliarla. Además, una vez conocida la sentencia, las acciones de la Red Social subían un 2% en la bolsa y elevaban su capitalización bursátil hasta los 575.000 millones de dólares.
Es posible que el caso Cambridge Analítica cambiase la manera en la que se controla y se protege la información en Internet, pero pese a las cifras maleantes para el usuario de a pie, saltarse las normas sigue saliendo barato.
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