El fin del sueño americano: Por qué Apple se lleva a China la fabricación del nuevo Mac Pro
Una de las cosas de las que más presumió Apple en el lanzamiento del anterior Mac Pro era su apuesta por mantener su fabricación en América. Era el último, el único, de los productos de la compañía que lucía la marca Ensamblado en Estados Unidos en su carcasa, lo más cercano que podía a aquel MADE IN USA que en su momento era una garantía en sí misma.
Un oasis en medio de una gama fabricada en Asia y que reflejaba un compromiso en varias medidas, compromiso que desaparece con el traslado a China de la línea de montaje del nuevo Mac Pro de 2019. ¿Por qué ha decidido Apple hacer un movimiento así en plena era Trump?
La producción del nuevo Mac Pro está localizada ahora en las factorías de Quanta Computer cerca de Shanghái, en principio para ahorrar lo máximo posible en el envío de los componentes. La mayoría se fabrican en lugares asiáticos próximos y evidentemente sale más a cuenta mandarlos a Shanghái que a los Estados Unidos como se venía haciendo hasta ahora con el modelo anterior.
Se comenta, no obstante, que en la decisión del traslado habría influido también ciertos problemas surgidos con Flex Ltd., la empresa Texana elegida tras décadas de externalización para ensamblar de nuevo un Mac en territorio estadounidense.
Apple se habría dado cuenta de que, más allá de razones políticas, económicamente resulta muy difícil fabricar en EE.UU. y obtener los mismos rendimientos y los mismos beneficios que se obtienen haciéndolo en Asia.
La parte buena, o al menos la menos lesiva, es que este traslado a Shanghái es en el fondo tan simbólico como lo fue en su momento llevarlo a Texas. El Mac Pro es con diferencia el producto de Apple que menos se vende y, por lo tanto, que menos se produce. Su nicho de mercado tan limitado se refleja en que su volumen de producción se cifre en miles en vez de en decenas de millones como sucede con el resto de los dispositivos de la manzana.
¿Qué quiere decir esto? Pues que seguramente Flex Ltd. tampoco se vea demasiado afectada en el fondo por la decisión de Apple y la cosa pasará sin pena ni gloria, pero resulta también un reflejo del lado menos positivo de la globalización.
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