Incluir el sensor de pulso cardiaco en el Apple Watch no fue tarea fácil según explica uno de sus desarrolladores

Incluir el sensor de pulso cardiaco en el Apple Watch no fue tarea fácil según explica uno de sus desarrolladores

Escrito por: Javier Cantagalli   @cantagalli    17 agosto 2016    2 minutos

Aunque bien es cierto que para la práctica de algunos deportes puede ser una muy buena idea emplear una cinta bluetooth para la medición del pulso cardiaco y vincularla al Apple Watch para obtener así una medición más precisa, en la mayoría de los casos el propio sensor del pulso cardiaco que incluye el dispositivo cumple perfectamente su cometido. Lograrlo, sin embargo, no fue tarea fácil tal y como cuenta en una entrevista Bob Messerschmidt, un antiguo empleado de Apple que trabajó en el proyecto de desarrollo del Apple Watch.

Messerschmidt se unió a Apple en 2010, tras haber sido adquirida su compañía por Apple, y entró a formar parte del equipo de desarrollo del Apple Watch. Seis años después cuenta en una entrevista algunas de las dificultades que encontró en su trabajo antes de lograr que el Apple Watch fuese un producto acabado y listo para llegar al público.

Según explica, en un principio su intención fue la de incluir el sensor de pulso cardiaco en la propia correa del Apple Watch. Así en una de las reuniones del grupo de trabajo, explicó que quería situar el sensor para que realizase las mediciones en la parte inferior de la muñeca, donde suele ir situada la hebilla de un reloj convencional. Sin embargo, Messerschmidt cuenta que su idea fue rechazada ya que Apple quería que el Apple Watch contase con correas intercambiables. Lo cierto es que la estrategia de Apple era sin duda la correcta ya que la venta de correas para el Apple Watch se ha convertido en un negocio muy fructífero para la compañía.

Así las cosas, Messerschmidt no tuvo otro remedio que incluir el sensor de pulso cardiaco en la caja del Apple Watch, pero explicó que en ese caso sería necesario que la correa fuese bastante apretada para que los sensores estuviesen perfectamente en contacto con la piel. La respuesta que recibió de Apple, una vez más, volvió a ser negativa. Le explicaron que esa no era la manera en la que la mayoría de los usuarios acostumbran a llevar el reloj, por lo que tendría que ingeniárselas para lograr unos buenos resultados llevando la correa un poco más suelta.

De este modo, Messerschmidt tuvo que ponerse a trabajar con el equipo de ingenieros para encontrar otras soluciones que lograsen la satisfacción de los usuarios, algo en lo que como explica Apple es absolutamente única.

Vía| CultofMac

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