El iPhone Xs a prueba: ¿Resiste mejor a las caídas? ¿Cuánto aguanta realmente bajo el agua?

El iPhone Xs a prueba: ¿Resiste mejor a las caídas? ¿Cuánto aguanta realmente bajo el agua?

Escrito por: Carlos Villar    24 septiembre 2018     3 minutos

Los nuevos iPhone Xs y iPhone Xs Max se ganan con solvencia la calificación IP68, pero quizás ese cristal más resistente jamás usado en un smartphone no sea tan resistente como desearíamos.

Bueno, este fin de semana los nuevos iPhone XS y iPhone XS Max ya están en manos del usuario final y por ende también en manos de medios ajenos a Apple, por lo que además de conocerlos por dentro y también por fuera, hemos podido comprobar más en profundidad las características que hasta este viernes únicamente conocíamos sobre el papel.

Este fin de semana ya ha habido tiempo para que la nueva generación de 2018 «sufra» los primeros test de durabilidad y uno de los puntos que más teníamos ganas de conocer era la verdadera efectividad de esa calificación IP68 al polvo y a la humedad y si realmente ese cristal exterior era tan resistente como aseguraba Apple el día de su presentación.

Empezando por esto último, el iPhone XS y iPhone XS Max presumían en la Keynote de utilizar el cristal más resistente jamás empleado en un smartphone, material que además posibilita la carga inalámbrica del dispositivo. Y bueno, la verdad es que ese cristal será todo lo duradero que se quiera, pero se sigue rompiendo si el iPhone se nos cae al suelo.

Ha bastado sólo una caída desde poco más de un metro ochenta para que la superficie se quiebre completamente, tanto en el el iPhone XS como en el XS Max. El chasis metálico protege más si el golpe es lateral, pero si se nos cae de cara o por la parte trasera tended una cosa clara: el cristal se va a romper. Y en el primer caso es peor, porque las pruebas hablan además de que la pantalla deja de funcionar correctamente.

Lo mismo sucede si aplicamos una presión superior a 113 kilos (250 libras), datos que llevan a considerar según la tabla de SquareTrade al iPhone Xs como un producto con alto riesgo de rotura y a su hermano mayor como de riesgo medio.

Y en cuanto a esa mejorada resistencia al agua IP68, que garantiza en teoría que el iPhone va a seguir funcionando aunque se sumerja hasta media hora a una profundidad no superior a los dos metros, hay que decir que cumple con lo prometido.

Aprovechando la broma de Phil Schiller el día de su presentación, un iPhone Xs y un iPhone Xs Max acabaron metidos esos treinta minutos no en agua, si no en un tanque de metro y medio llenado con el equivalente a 138 jarras de cerveza y ambos modelos salieron airosos y en perfecto funcionamiento, aunque quizás en esas condiciones no pasarían otro test, el de alcoholemia.

Conclusión: Quizás ya no se nos salte el corazón cuando nuestro nuevo iPhone se nos caiga al agua como antes, pero sí que lo hará cuando tengamos que pagar la reparación del cristal de la pantalla cuando la superficie de impacto sea más dura.


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