La Justicia europea exime a Apple de pagar 13.000 millones en impuestos. ¿Una buena o una mala noticia?
El Tribunal General de la Unión Europea ha puesto punto final, al menos por el momento, al casi eterno litigio que la UE viene manteniendo con Apple sobre la cuestionable legalidad de su ingeniería fiscal en territorio europeo, proceder que le habría permitido librarse de pagar unos 13.000 millones de euros a Hacienda.
Esta cantidad, más la correspondiente a los intereses añadidos entre los años 2003 y 2014, debería ser abonada a Irlanda en concepto de impuestos no abonados por Apple y anula la decision previa tomada por la Comisión Europea que exigía el pago de esa cantidad al considerar inválidos los acuerdos fiscales particulares entre Irlanda y Cupertino. Una buena noticia seguro para Apple, pero ¿Lo es también para el consumidor, para el ciudadano europeo? ¿Para nosotros?
Recordemos que la multa inicial de la Comisión Europea (CE) se aplicaba al considerar que Apple operaba en toda Europa a través de dos sociedades (Apple Operations Europe y Apple Sales International) con base en Irlanda, país con el que pudo establecer un regimen fiscal especial que le permitió reducir sustancialmente y de forma artificial los impuestos a pagar. Por ejemplo, abonaba una tasa del 0,005 % en concepto de impuesto de sociedades, cuando la normal es del 12,5 %.
Según la CE, los impuestos no abonados por la tecnológica ascendían a 13.000 millones de euros (más otros 1.200 millones en intereses), cantidad que la Hacienda irlandesa ya habría recuperado en 2018, pese a los recursos presentados ante la Comisión tanto por parte de Apple como del propio ejecutivo de Dublín.
Sin embargo, ahora, la nueva sentencia considera que la CE no demostró con suficiente solidez jurídica que Irlanda otorgase una ventaja competitiva a Apple frente a otras compañías mediante esos acuerdos fiscales y considera que se equivocó al declarar que Apple Operations Europe y Apple Sales International habían recibido ayuda de Estado.
Ahora, queda en nuestras manos el decidir si esto es una buena noticia para todos los que seguimos a la marca e la manzana y nos alegramos de sus triunfos o una mala para los ciudadanos de a pie que vemos como las grandes multinacionales encuentran la manera de evitar colaborar con los servicios públicos (sobre todo en momentos tan delicados como los que estamos viviendo ahora) gracias a una ingeniería fiscal que, como poco, no es precisamente clara.
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