¡Mira por dónde vas! Algunos trabajadores de Apple accidentados al chocar con las grandes cristaleras de Apple Park
Todos conocemos la predilección de Apple por el cristal, no ya solo en sus propios productos, sino especialmente en la construcción de las Apple Stores, o en su nuevo y futurista Campus situado en Cupertino. El cristal permite dar una sensación de espacio y amplitud que no es posible lograr de otro modo. Sin embargo, también tiene algún que otro inconveniente.
Según publica hoy Bloomberg, algunos empleados de Apple están sufriendo accidentes al chocar contra las grandes cristaleras de sus nuevas oficinas en Apple Park, y en la mayoría de los casos estos accidentes se producen porque andan despistados mirando la pantalla de su iPhone.
Al parecer, algunos de estos trabajadores han comenzado a pegar post-its en las cristaleras para evitar que vuelva a ocurrirles, pero Apple ha decidido quitarlos porque «desmerecen el diseño del edificio«.
Posiblemente sea un problema temporal, ya que con el tiempo todos los trabajadores se irán adaptando al nuevo edificio y acabarán creándose un mapa mental de por dónde es seguro andar y dónde tienen que prestar más atención para no chocar de nuevo con esa cristalera una y otra vez. En cualquier caso, se trata de una noticia curiosa -y bastante graciosa- que hoy está llamando la atención.
Apple está trasladando aún a sus trabajadores al nuevo edificio; por el momento solo se han comenzado a ocupar 5 de las 12 secciones del edificio, por lo que aún faltan muchos trabajadores por llegar que tendrán que enfrentarse a este mismo problema.
Apple Park cuenta con los mayores ventanales curvados del mundo, que dan forma al edificio con apariencia de «donuts» -o de platillo volante, como prefieras-. Además de emplear el cristal en la parte exterior del edificio, también lo hace en el interior con grandes puertas correderas de cristal que seguramente será dónde algunos trabajadores de Apple «acaban empotrados». Ya sabes, pensabas que la puerta de cristal estaba abierta, pero resulta que no y ¡ZAS! te la comes.
Vía| Bloomberg
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