¿Nos encaminamos hacia un único MacBook?
El pasado mes de julio fuimos testigos de cómo Apple descontinuaba la producción de un producto carismático y en cierto modo histórico para Apple: el MacBook, conocido popularmente como el blanquito. El éxito de los recientemente renovados MacBook Air -para usos más personales- y de los MacBook Pro -más enfocado a profesionales- dejaron a los blancos en una tierra de nadie hasta que Apple acabó optando por hacerlo desaparecer, culminando este proceso hace unos días cuando dejó de suministrarlo a los programas educativos, el último bastión de estos míticos modelos.
En estas fechas, los rumores sobre la inminente renovación de los MacBook Pro señalan a la desaparición de las unidades de almacenamiento ópticas -como sucedió hace once años con el iMac, que abandonaba la disquetera-, a un diseño extraplano, o a la sustitución de los discos duros tradicionales por memorias de estado sólido (SSD). Exacto: características clavadas a las que actualmente tiene la familia MacBook Air.
Esto hace pensar en una homogeneización entre las dos familias de portátiles de la manzana, que desemboquen en un sólo término para cada uno de sus modelos (¿MacBook a secas?), diversificándose en tamaños de 11, 13, 15 y 17 pulgadas. Estos tamaños (de pantalla, pues todos serían extraplanos) tendrían que ver con la potencia, especificaciones, y obviamente, precio. Los más pequeños, con configuraciones más básicas, serían la línea continuista de los Air actuales y llamados a suceder a los blanquitos anteriores. Los más grandes gozarían tanto de componentes superiores como de más margen de maniobra por cuestión de espacio en su interior. Esto implica más RAM, SSD mayores en tamaño, y baterías bastante más grandes (pensemos en la diferencia entre ubicar esos paneles en 11″ o en 17″), y por tanto, más duraderas. Parafraseando a mi compañero Carlos Villar en su reciente post, la duración de la batería podría ser enorme, especialmente si Apple sigue haciendo auténticas obras de arte de la ingeniería para ubicar tanto en tan poco. Como en los Air:
Creo que no es descabellado pensar que estamos ante el fin de las familias en los portátiles de Apple. Es decir, los cambios en la nomenclatura. Personalmente, lo consideraría un acierto, sería otra forma de ir cerrando círculos desde Cupertino. Círculos abiertos tal vez desde que Jobs, en su regreso a Infinite Loop, dibujó un gráfico con cuatro cuadrantes en los que había que insertar (crear) cuatro productos distintos que se encontraran en las intersecciones de los valores Escritorio-Portátil y Consumidor-Profesional. Es puramente mi opinión, mi percepción, pero quizás nos quede poco para ser testigos del mayor cambio que han sufrido en quince años la gama de portátiles de Apple. Y a mí, como maquero empedernido, me parece realmente emocionante.