¿Pueden ser los AirTag una herramienta peligrosa en manos de acosadores y maltratadores?
Aunque he de reconocer que todavía no acabo de verle la utilidad, al menos al nivel de ser algo noticiable, vaya, de los nuevos AirTag (sobre todo conociendo sus limitaciones en lo que sí me parecería útil), también tengo que reconocer por otra parte que pueden acabar siendo unos dispositivos muy interesantes conforme vaya pasando el tiempo y los desarrolladores ayuden a expandir el ecosistema, como sucedió con el iPhone.
Porque una etiqueta electrónica que te ayude a localizar cualquier cosa es sin duda una herramienta llena de posibilidades, sobre todo teniendo en cuenta el poco espacio que ocupa, aunque precisamente eso mismo puede jugar en su contra, abriendo la puerta a una serie de usos inadecuados, como facilitar el rastreo de víctimas de acoso y maltrato machista.
Y es que esconder uno de estos AirTag en el bolso o en el vehículo de una de estas víctimas por parte de su acosador o agresor es bastante sencillo, debido al pequeño tamaño del dispositivo, a la vez que barato, lo que los convierte en una potencial herramienta ideal para localizar y rastrear en todo momento a la persona, sabiendo en todo momento dónde se encuentra.
Y además ni siquiera hace falta estar cerca. Basta con que la persona a la que se rastrea esté cerca de un iPhone o un iPad para que se la pueda localizar. ¿Cuánto tiempo pasas cerca de uno de estos dispositivos, aunque tú no poseas uno? Pues eso.
Apple promete en la página del producto que su uso es perfectamente seguro, pero lo cierto es que la opción de rastreo global por parte de los dispositivos iOS está activada por defecto y desactivarla es bastante complicado, así que a la hora de la verdad no estamos tan protegidos.
Es cierto que si tenemos un iPhone existen alertas para avisarnos de potenciales rastreos no deseados, pero para ello tendremos que buscar específicamente en el menú de configuración y encontrar un AirTag que no nos resulte familiar. Pero hay que caer en eso: sospechar que podemos estar siendo espiados. Peor lo tienen los usuarios de Android, para los que no existe alerta alguna.
También es verdad que el propio AirTag emite una señal si ha pasado 72 horas (¡Tres días!) alejado de su dueño original. Una señal que puede pasarnos desapercibida, pero que además nunca llegaría a activarse si el acosador vive con la víctima y nunca llega a estar ese tiempo lejos del dispositivo, algo que, desgraciadamente, no suele ser algo extraño.
Por otro lado, sabiendo el interés que Apple siempre ha tenido por la privacidad y seguridad de sus usuarios, como el propio iOS 14.5 ha dejado claro, estamos convencidos que este problema se solventará a no mucho tardar en futuras actualizaciones de Software o en configuraciones más intuitivas y efectivas.
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