Guía del poker: ¿qué es el river?
El auge del póker en los últimos años a lo largo de todo el mundo ha incorporado al lenguaje de los jugadores una serie de términos poco conocidos para quien no está familiarizado con este juego norteamericano. Una de ellas es la palabra que vamos a ocuparnos y que es un elemento fundamental en variantes como el Texas Hold’em o el Omaha, las dos más populares en la actualidad. Tanto que puedes jugar online con tu propio iPhone sin problemas.
¿A qué llamamos river?
En sentido estricto, se trata de la quinta y última carta que se descubre sobre la mesa en los dos estilos de póker citados. Por ejemplo, no existe tal denominación en otras como el Draw Póker o el Seven Card Stud. En cuanto a nuestra estrategia como jugadores, esta carta resulta fundamental para el proyecto de juego que tengamos, sea cual sea este, ya que es la última oportunidad para conseguirlo.
Para entender bien el concepto, vamos a imaginarnos que estamos jugando. Comenzamos con el pre-flop, cuando el dealer o croupier reparte dos cartas a cada participante. Abonamos la ciega grande y pequeña y apostamos. Tras igualar el mayor de los envites, pasamos al flop, cuando se muestran tres naipes sobre el tapete. Volvemos a pujar en función de esas tres cartas y de las dos que ya teníamos en nuestras manos. A continuación, se descubre el turn o cuarto naipe sobre la mesa. Volvemos a apostar y, si continuamos en el juego, llega la hora de voltear la quinta y última carta sobre el tapete. Esta es el river, que como vemos resulta decisiva para la partida.
Con esos cinco naipes sobre la mesa y dos en la mano, esa quinta carta es la que nos indica la jugada a que podemos aspirar. Es posible que tengamos, por ejemplo, un full o tres naipes del mismo valor y las otras dos de otro; un póker, con cuatro cartas de idéntico valor, o incluso una escalera de color (cinco cartas consecutivas de idéntico palo). Pero también cabe la posibilidad de que tengamos peores jugadas como dobles parejas o un trío. En cualquier caso, tras la aparición del quinto naipe sobre la mesa, la suerte de la partida está echada.
¿Qué estrategia debemos aplicar tras aparecer la quinta carta?
La forma en que debemos actuar después de la aparición de esa quinta carta sobre el tapete depende, lógicamente, de la jugada que tengamos. Sin embargo, en cualquier caso, es diferente a la que hemos desarrollado en el pre-flop y el flop.
A lo largo de estas dos fases de la partida, buscamos construir nuestra estrategia. Por una parte, intentamos mantener una buena mano con el mayor potencial de mejora posible. Y, por otra, si ya contamos con buenas cartas, tratamos de aumentar el bote para ganar el mayor dinero posible. Sin embargo, tras la aparición sobre la mesa de la quinta carta, lo primero que debemos hacer es repasar toda la información que hemos podido ir obteniendo de nuestros rivales a lo largo de la partida con objeto de actuar en consecuencia.
Ahora nuestro juego dependerá también de la mano que hayamos conseguido. Si tenemos una jugada mediocre y nuestros contrincantes se han mostrado fuertes, lo mejor es que no lancemos un farol. En cambio, si hasta este momento hemos tenido la iniciativa nosotros, podemos atrevernos a farolear. No obstante, esto depende siempre de la cuantía del bote. Es necesario que evaluemos las pérdidas que podemos tener antes de ir de farol. Ya sabemos que aquí lo de poner «cara de poker» es más importante que nunca.
Por otra parte, si hemos conseguido una mano fuerte, es decir, hemos logrado completar el proyecto de juego que habíamos planeado en el flop, podemos confiar en las cartas que llevamos y lanzar apuestas de valor. Se denomina así a aquellas que hacemos cuando pensamos que llevamos la mejor mano y queremos optimizar nuestros beneficios. Finalmente, si nuestra mano es de tipo medio, tenemos que reflexionar bien sobre qué hacer.
No obstante, una norma no escrita pero muy útil es la siguiente: no poner más dinero en el bote si, ante una contra-apuesta, vamos a tirar las cartas. Como resumen de nuestra estrategia en estos momentos de la partida, diremos que lo mejor es apostar cuando llevamos una mano buena y pasar cuando es mala, salvo que creamos que un farol va a ser efectivo para ganar. Pero, en este último caso, es necesario que estudiemos bien todo el desarrollo de las ronda previas tanto por nuestra parte como por la de los rivales.
Lo que nunca debemos hacer es convertirnos en un river rat. Se denomina así al jugador que, sin llevar una buena mano, espera a la aparición de esa quinta carta para que cambie su suerte. Como es lógico, normalmente pierden, pero son un filón de dinero para sus oponentes, pues han ido engordando el bote con sus apuestas.
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