El riesgo detrás de la geolocación en los smartphones y por qué debemos preocuparnos de dónde acaban nuestros datos
Hay ocasiones en que la comodidad y la facilidad de algunos recursos a nuestra disposición lleva consigo una serie de riesgos añadidos de los que a veces no somos demasiado conscientes de su existencia o, aún siéndolo, quizás no le damos la importancia real que tienen. Un ejemplo perfecto de lo que estoy diciendo son los datos derivados de la geolocalización en nuestros smartphones, función que seguramente todos utilizamos habitualmente y que quizás desconozcamos que tiene un lado, por lo menos, cuestionable.
Y es que esa geolocalización produce datos, datos personales de cada usuario que aunque los fabricantes, como es el caso de Apple, se esfuerzan en demostrar que no son utilizados a espaldas de los usuarios, suelen ser utilizados sin el mismo reparo por los operadores con los que tengamos contratada nuestra línea, vendiéndolos a terceros sin atender a cuestiones de privacidad básicas.
Y no es paranoia o una teoría conspiranoica de esas tan en boga, es una asunto tan serio que la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (FCC), organismo encargado de velar, entre otras cosas, por la buena praxis en estos temas, se ha puesto en contacto con algunas de las operadoras más grandes en el país (léase Verizon, AT&T, T-Mobile y Sprint), preocupada por sus prácticas a la hora de proceder con estos datos de geolocalización de sus abonados.
Que las operadoras obtenían datos en tiempo real derivados de dicha geolocalización era un secreto a voces y ahora el riesgo está en qué se hace con esta información, a quiénes se vende y qué beneficios obtienen todas las partes implicadas. Sobre todo teniendo en cuenta que nuestros datos, en teoría personales y privados, pueden acabar en manos de la policía y los cuerpos de seguridad, pero también en las de gestores de contenidos, detectives privados y otros destinatarios como compañías de seguros o de crédito.
La FCC pone en su punto de mira casos como los de LocationSmart o Zumigo, empresas que obtuvieron datos de las operadoras que citábamos al principio y que luego vendieron a decenas de terceras partes, poniendo literalmente datos de localización de personas en manos de quienes no deberían poder acceder a ellos. Aunque una vez descubiertas estas prácticas, las operadoras aseguraron que dejarían de realizar estas prácticas, no todas lo acabaron cumpliendo y de ahí esta investigación.
Y es ahí donde nosotros, como usuarios, deberíamos poner nuestra atención. No tanto en Apple, Samsung y otros fabricantes, que parecen estar de nuestra parte con sus Sistemas cada vez más seguros y comprometidos con la privacidad del usuario, si no con las políticas de las operadoras de telefonía, mucho menos transparentes con las prácticas que hacen con los datos que disponen de sus clientes.
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