Siete años después de Stanford

Siete años después de Stanford

Escrito por: J. Lacort    12 junio 2012    2 minutos

Aún estamos resacosos de la keynote de ayer, en especial del MacBook Pro con pantalla Retina que nos dejó deslumbrados. Pero hoy es una efemérides especial. La de un acontecimiento que se convirtió en viral hace unos meses con la muerte de su protagonista. El 12 de junio de 2005, Steve Jobs proclamó su legendario discurso en Stanford.

El legado de Jobs no es ni mucho menos la perfección. Aunque su conocido como campo de distorsión de la realidad o la sobriedad y excelencia de sus productos nos impidiera en ocasiones ver más allá, detrás de su figura existían sombras e injusticias. Especialmente en lo que se refiere a la producción de dichos objetos, de las condiciones laborales que sufren los trabajadores de Foxconn. Aunque se le achaca especialmente este mal a Apple, lo cierto es que todas las empresas producen y ensamblan los componentes de sus productos en China, en similares condiciones. De hecho, la propia Foxconn produce para muchos otros fabricantes, como Samsung, Kindle, Sony, Microsoft…

Dicho esto, vuelvo al discurso de Steve. Un discurso que ya ha pasado a la historia, que es la primera lección en las clases de oratoria, y que los internautas se han encargado de que haya dado varias veces la vuelta al mundo. Su famosa arrogancia y la pomposidad de sus presentaciones fue sustituida por una gran humildad en aquella ocasión. Habló de la muerte, de una porción de la historia de su vida, de cómo lo aparentemente banal puede tener repercusiones exitosas en el futuro… Un discurso tremendamente inspirador. Encontrad lo que amáis, decía para despedirse. Sencillo, pero con una carga emocional brutal. Aunque quizás se olvidaba de que el mundo no puede albergar demasiados Steve’s Jobs, en su arenga a los más jóvenes. Aún así, una inspiración que no está de más volver a escuchar de vez en cuando. Stay hungry. Stay foolish.

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