¿Siguen rastreándonos las apps a pesar de las políticas de privacidad de iOS 14?
No ha quedado muy atrás el revuelo que se armó cuando Apple anunció las nuevas políticas de transparencia y privacidad que se iban a incluir por defecto en iOS 14. Todos tenemos bien presentes las protestas al respecto, sobre todo de Facebook, que veía peligrar su modelo de negocio si a partir de ahora tenía que pedir permiso a cada poseedor de iPhone o iPad para poder rastrear su comportamiento en Internet, a sabiendas de que la mayoría no lo iba a conceder.
Pues como decimos, no ha pasado mucho tiempo desde todo eso y Apple ya se enfrenta a quejas sobre la ineficiencia de sus medidas. Al parecer, algunas apps han encontrado la manera de burlar el control de la compañía y han seguido identificando rastreando a los usuarios, aunque estos no hubieran concedido permiso para hacerlo. ¿Hecha la ley, hecha la trampa?
Como seguramente muchos sepamos ya, más que nada porque nos hayamos actualizado al Sistema Operativo, con la llegada tanto de iOS 14.5 como de iPadOS 14.5, las apps que tenemos instaladas en nuestros dispositivos necesitan que les otorguemos nuestro consentimiento para rastrear nuestra actividad y así, entre otras cosas, ofrecernos publicidad más personalizada en canción de nuestros gustos. Para ello despliegan un mensaje donde nos informan del todo el asunto y desde el que podemos conceder o no dicho permiso.
Pues resulta que, al parecer, algunas apps están utilizando una serie de rodeos y subterfugios para seguir con sus prácticas de rastreo de los usuarios que hubieran decidido no concederles permiso para hacerlo. Es decir que, en la práctica, los datos a los que acceden siguen siendo los mismos, independientemente de nuestra decisión. Todo sigue igual que antes de iOS 14.5, que antes de las políticas de transparencia de Apple.
Uno de los desarrolladores de estas apps reconoció a sus clientes que había seguido accediendo a los datos de al menos el 95% de los usuarios de iOS utilizando tácticas indirectas como localizar la dirección IP y otra información tanto de la red como del dispositivo para identificar a esos clientes que hubieran decidido no conceder permisos para ser rastreados. Una técnica poco habitual conocida como Fingerprinting y cuya utilización, al menos en teoría, no está permitida por Apple.
Todo este asunto ha creado bastante confusión acerca de qué está permitido y qué no bajo las nuevas políticas de Cupertino y si este tipo de rodeos deberían estar perseguidos e incluso si la propia compañía de la manzana debería hacerse responsable de que se produzcan en su sistema por su falta de control efectivo al respecto.
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