Sólo puede quedar uno: El Juego de Tronos entre Apple Music y Spotify
Estos últimos días hemos venido hablando del tira y afloja que ha surgido a raíz de la decisión de Netflix de dejar de dar soporte a la función AirPlay en su app de iOS. Una decisión que la plataforma achaca a cuestiones técnicas y a la tan manida «experiencia de usuario», pero que parece ocultar en realidad un trasfondo de competencia en el streaming de contenidos televisivos.
Una competencia que nos recordaba a cómo empezó la lucha entre Google Maps y los Mapas nativos de Apple, pero que no es ni mucho menos la única que Cupertino está librando por intentar dominar un nicho de mercado. Quizás la más relevante se está llevando en el mundo de la música entre Apple Music y la antaño omnipotente Spotify. Aquí se está viviendo un auténtico Juego de Tronos y no es de extrañar, porque Apple lo ha apostado todo a su caballo, incluyendo la pronta jubilación de iTunes.
El último gran movimiento fue la decisión de Spotify de acusar a Apple de utilizar tácticas poco éticas contra ellos para eliminarlos de la competencia, al punto de llevarla a los tribunales por sus prácticas en la App Store.
Apple no tardaba en contraatacar al indicar que Spotify quiere tener los beneficios de una app gratuita sin serlo, respuesta a la que se sumaban algunos músicos que acusaban a Spotify de hipócrita por quejarse del mismo trato injusto que ellos propician a sus artistas al no pagarles los derechos que les corresponderían.
¿Pero por qué ha surgido este enfrentamiento tan crudo y tan de repente?
Bueno, el detonante quizás haya sido que el trono de Spotify en EE.UU caía tras años de dominio absoluto ante Apple Music que en su meteórico ascenso desde su lanzamiento llegaba por fin a los 28 millones de suscriptores, por encima de los 26 millones de su rival.
Y claro, a nadie le gusta perder el liderato, sobre todo si se empieza a ver el precipicio en el que se puede caer, sino habitual de este tipo de empresas y plataformas, capaces de reinar y desaparecer en cuestión de días. Llega pues el tiempo del «todo vale», donde más o menos sibilinamente veremos cómo se acusan de irregularidades en pagos a artistas, de zancadillas en tiendas virtuales y mercados físicos, de guerras de exclusivas y donde la convivencia parece ya ser imposible y una de las opciones extinguirá a la otra.
La cuestión es cuál ganará este Juego de Tronos.
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