Steve Jobs: un año sin el genio que nos hizo pensar diferente (I)

Steve Jobs: un año sin el genio que nos hizo pensar diferente (I)

Escrito por: Marc Alonso   @Marc_intosh    5 octubre 2012    5 minutos

El 5 de octubre de 2011, el mundo perdía a Steve Jobs, el mayor visionario y creador de los últimos tiempos. El mundo perdía al hombre que cambió el mundo.

Un año ha pasado ya desde el 5 de octubre de 2011, día en el que conocíamos la fatídica noticia de la muerte del genio Steve Jobs. Genio, creativo, visionario, inconforme, son sólo unos de los muchos adjetivos con los que podemos calificar a Steven Paul Jobs (San Francisco, California, 24 de febrero de 1955Palo Alto, California, 5 de octubre de 2011)

Cofundador de Apple junto a Steve Wozniak en el garaje de su casa, máximo accionista individual de The Walt Disney Company y, ante todo, un soñador y un revolucionario, culpable de que hoy nuestras vidas sean mejores, o por lo menos, más cómodas gracias a sus inventos.

Gracias a Steve Jobs, Apple no es sólo un marca, es una manera ser y de entender la tecnología, obsesión quizás para muchos de nosotros. Es una manera de saber apreciar los pequeños detalles existentes en todas sus creaciones, de valorar la simplicidad de sus productos, de admirar su cuidada presentación en algo tan banal como es el envoltorio o la caja, difícil de encontrar en cualquier otro producto que no provenga de Cupertino.

Un año ha pasado desde que Apple quedó huérfana y en manos de Tim Cook, su sucesor. Muchos eran los rumores que corrían antes de su anunciada muerte y, de momento, ninguno se ha cumplido. Apple es hoy la empresa más poderosa del mundo, sus acciones valen más que nunca y, en el mundo avanzado, no hay nadie que no sepa qué significado tiene la manzana mordida.

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Cómo empezó a cambiar el mundo

El 24 de enero de 1984 el mundo empezó a cambiar. Steve Jobs presentó el Macintosh, el primer ordenador personal con interfaz gráfica de usuario y presentaba al mundo el ratón, ese pequeño dispositivo con el que no sabían qué hacer sus inventores de Xerox. El mundo empezaba a perder el miedo a los ordenadores.

Después de la tormenta siempre llega la calma

Apartado de su propia compañía en 1985, Steve Jobs supo reinventarse gracias a ser un inconformista y un soñador. Fundó NeXT y creó su sistema operativo, llamado NeXTSTEP. Uno de estos equipos sirvió para que el científico Tim Berners Lee creara el concepto de World Wide Web que revolucionaría a la red Internet. Otra revolución más en la que Steve Jobs aparece con letras mayúsculas.

Y vuelve a revolucionar el mundo

En 1986, Steve compra por 10 millones de dólares la empresa The Graphics Group, perteneciente a Lucasfilm, empresa que hoy conocemos como Pixar. En 1995, todos los cines del mundo estrenan Toy Story, el primer largometraje generado completamente por ordenador, conseguido con su propio software de renderización, RenderMan, en el que mucho tuvo que ver su otra empresa, NeXT. Toy Story fue el mayor éxito de taquilla de 1995 y la primera película del binomio Walt Disney-Pixar en ganar un premio Óscar.

Situaba así en lo más alto a la compañía con la que no sabía que hacer George Lucas en su día, meta culminada en 2006 cuando Walt Disney anuncia la compra de todas las acciones de Pixar por 7.400 millones de dólares, convirtiendo a Jobs en el mayor accionista individual de Disney, con una participación del 7%.

El tiempo pone a cada uno en su sitio

Los números narran por sí solos la historia de su ausencia, pues las cifras de Apple empeoraron de manera más que notable hasta 1996-1997.

Apple Computer anunció el 20 de diciembre de 1996 la adquisición de NeXT por 400 millones de dólares para actualizar el sistema operativo de sus computadoras, las Macintosh, lo que provocó que Steve Jobs volviese por la puerta grande a la compañía que él mismo había fundado años atrás.

Y nos hizo pensar diferente

Comenzaba la era del «Think Different«. Todo lo que conocíamos entonces sobre ordenadores ya no servía. Steve Jobs nos invitaba a «Pensar Diferente» con el siguiente lema:

Esto es para los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los problemáticos. Los que no encajan en ningún sitio.

Los que ven las cosas de otra manera. No siguen las reglas. Y no tienen ningún respeto por lo establecido.

Puedes alabarlos, puedes no estar de acuerdo con ellos, puedes citarlos, puedes no creer en ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos.

Porque ellos cambian las cosas. Ellos inventan. Ellos imaginan. Ellos curan. Ellos exploran. Ellos crean. Ellos inspiran. Ellos impulsan la humanidad hacia delante.

Quizás tienen que estar locos. ¿Cómo si no puedes enfrentarte a un lienzo vacio y ver una obra de arte? ¿O sentarte en silencio y escuchar una canción que nunca ha sido escrita? ¿O contemplar un planeta rojo y ver un laboratorio sobre ruedas?

Mientras algunos les ven como los locos, nosotros vemos genios. Porque la gente que está lo suficientemente loca como para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que logran hacerlo.

¿Cómo de diferente pensaba Steve Jobs?

Lo primero que hizo a su vuelta fue firmar un acuerdo con Microsoft (¡¡¡no pulsar el enlace!!!), por el cual esta empresa invertiría dinero en Apple a cambio de un 4% de sus acciones, aunque este porcentaje no le diera el derecho a voto en las decisiones de la junta directiva de la empresa; el suministro del software de ofimática Office para los ordenadores Macintosh y el fin de las disputas por la interfaz gráfica.

Se acabaron las licencias de Mac OS a otros fabricantes de hardware. Borró de un plumazo el Newton y se centró en lo verdaderamente importante: Crear pocos productos pero que estos fuesen los mejores del mundo.

Y de esta manera comenzaba otra de sus revoluciones, quizás la mayor. ¿La vemos en la segunda parte de este artículo?

Segunda parte | Steve Jobs: un año sin el genio que nos hizo pensar diferente (y II)
Fotografía de portada | Diana Walker

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