Ayer os contábamos que Calendar 2 había sido eliminada de la App Store al descubrirse que utilizaba los equipos de sus usuarios para realizar minado de criptodivisas en segundo plano. Una actividad que en sí misma no es en absoluto denunciable, ya que de hecho se ofrece como opción para que los usuarios gratuitos puedan acceder a las opciones de pago sin tener que efectuar desembolso alguno.
Estos últimos días, se han ido conociendo en los medios una serie de casos de usuarios que denuncian haber sido víctimas de técnicas de phishing en correos fraudulentos que simulan ser mails auténticos enviados por Apple.
Ha vuelto a suceder otro año más. La App Store ha vuelto a vivir una temporada festiva de auténtico récord, reafirmando la importancia que esta división supone ya para las arcas de Apple. Y es que los usuarios de la tienda de apps de la manzana han comprado apps y juegos como nunca antes en la Navidad de 2017, que ha culminado con 300 millones de dólares en compras el primer día de 2018.
Los enfrentamientos acerca de los derechos de propiedad y las patentes se han convertido casi en una constante en el mundo de las compañías tecnológicas. Apple se ha visto envuelta en más de uno a lo largo de los últimos tiempos (quizás el más famoso sea la eterna batalla con Samsung), casi siempre por cuestiones relacionadas con el iPhone. Sin embargo, el caso del que vamos a hablar hoy es bastante diferente.