Sobre todo a raíz de los atentados del 11-S, la seguridad en los vuelos se ha convertido en un verdadero asunto de estado para EE.UU. Los controles a los pasajeros se han vuelto exhaustivos y cada vez aparecen nuevas medidas que intentan evitar desastres similares, con los dispositivos electrónicos como uno de los objetos más vigilados y temidos.
A Apple le han venido cayendo una serie de hachazos en Estados Unidos acerca de su política fiscal. Por un lado se le achacaba que no pagaba los impuestos que le corresponde tributar en el país y, por otro, figuras tan opuestas como Donald Trump o Bernie Sanders requerían que trajese de nuevo su producción a territorio americano.
Si solo atendemos a las últimas inauguraciones de una Apple Store que aparecen reflejadas en los medios digitales (empezando por nosotros mismos), parece que el gran objetivo de Apple es abrir tiendas en China y habida cuenta de lo importante que es el gigante asiático tampoco sería de extrañar, pero lo cierto es que para Apple lo más importante ha sido siempre su mercado local.
Bueno, quizás sea exagerado afirmar algo así, es verdad, pero los más de 178.000 millones de dólares (158.657 millones de Euros) en efectivo que Apple mantiene como reserva en sus arcas a finales del pasado año, sí que supera a la suma de todas las demás empresas no financieras de los Estados Unidos, exceptuando a las industrias médicas y tecnológicas.
iOS 8.1 nos ha traído muchas mejoras en cuanto al rendimiento y la corrección de errores se refiere, pero la características estrella de esta actualización es sin duda que con ella se habilita el uso de Apple Pay. El punto negativo es que, de momento, Apple Pay solo puede usarse en Estados Unidos, al menos oficialmente, porque puede que esto no sea del todo cierto.
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