Meses antes de la presentación del iPhone 4S, cuando la rumorología funcionaba a toda máquina, una de las posibilidades más narradas en blogs, foros y redes sociales, fue la de que la siguiente generación del smartphone de Apple contara con una pantalla mayor. Habían rumores que señalaban a una pantalla de 3'7", de 4", o de hasta 4'3", produciéndose los posteriores debates en torno a dos ejes: la adecuación de un aumento del tamaño de la pantalla (las 3'5" a muchos nos parecían y parecen perfectas), básicamente por la comodidad para manejar el iPhone con una sola mano o la posibilidad de ver webs, vídeos y demás a un tamaño mayor; y cómo no, las consecuencias que acarrearía de cara a una posible fragmentación de apps y contenidos según estuvieran orientados a los cuatro primeros iPhone, o al quinto y posteriores. Finalmente, se presentó el ya conocido 4S, y este debate se enterró... temporalmente.
Al contrario de lo que uno podría haber supuesto cuando Amazon presentó su nuevo Kindle Fire a finales del paseo Septiembre, en Apple no parecen en absoluto preocupados por la competencia del tablet.