Al parecer, la principal diferencia radica en que la garantía estándar de la UE cubre daños existentes en el momento de la entrega al cliente (pudiendo dar un plazo de 'apertura y revisión del producto' de dos años, por lo visto, para detectar estos fallos de fábrica), mientras que la garantía de Apple cubre daños ocurridos a posteriori, concretamente hasta un año desde la fecha de compra para la garantía gratuita e integrada, o dos o tres años en el caso de los AppleCare Protection Plan.
Ha sido un tema con el que afortunadamente no he tenido ningún incidente. Cuando tenía el iPad de primera generación Apple me lo cambió sin mayor problema tras un fallo de software que lo dejó totalmente inútil, pero es verdad que hay usuarios que no están contentos con las políticas de garantía de la compañía de la manzana.
Al parecer Apple ha encontrado un problema en la base de goma de los MacBooks fabricados entre octubre de 2009 y abril de 2011. Esta problema sólo afecta a los usuarios de MacBook, es decir, del modelo de policarbonato blanco que todavía vende la compañía. El problema en cuestión es que la parte de goma que recubre la parte inferior del portátil se acaba doblando y despegando de la base debido al calor que genera el equipo durante su funcionamiento.
Los Mac Pro vendidos en 2009 son máquinas realmente potentes y que aún hoy en día pueden ser totalmente válidas para la mayoría de los trabajos a los que se suelen dedicar estas máquinas. De todas formas Apple ha seguido mejorando la gama Mac Pro y en 2010 lanzó una nueva generación con procesadores más potentes y la posibilidad de incluir memoria RAM de una mayor velocidad que en el modelo de 2009.
Normalmente nos acordamos de la fecha aproximada de cuando compramos nuestro producto de Apple. Pero algunas veces recordar el día exacto puede ser un problema. Por suerte (o por desgracia) Apple tiene más memoria que nosotros y recuerda exactamente el tiempo de garantía que todavía tiene nuestro equipo.
Hasta ahora, los iPhone, iPad e iPod contaban con sensores que pretendían indicar si los productos habían tenido algún contacto con un líquido. Apple incorporó este tipo de sensor para "excluir" de las reparaciones en garantía algunos productos que dejaran de funcionar por contacto con líquido, algo para lo que no están preparados.
Hubo un época (no muy lejana) en la que mantenía un contacto diario con el servicio técnico de Apple y en más de una ocasión se debía a iPods que habían dejado de funcionar "misteriosamente" y que, una vez analizados, mostraban unos síntomas más que evidentes de haber sido afectados por líquidos en mayor o menor medida.
Según la información que apreciamos en la imagen del post, la compañía con sede en Cupertino ha modificado la norma relacionada con los daños provocados por elementos líquidos, y al parecer la decisión toma como base los indicadores de contacto líquido (LCI) que se ubican dentro de los dispositivos .