Apple quiere conquistar el mundo. Y no solo quiere hacerlo vendiendo sus productos, algo que parece que ya lo ha logrado, a juzgar por la notable presencia que la marca de la manzana ha conseguido tener en todos los países, si no que también quiere hacer lo propio expandiéndose como industria tecnológica.
El otro día, cuando os enseñábamos la foto del encuentro de Tim Cook con el genial Shigeru Minamoto en las oficinas de Nintendo en Kioto, os informábamos también de que el CEO de Apple estaba de visita por el país del Sol Naciente, pero no podíamos ir más a fondo acerca de otros aspectos de la visita, ya que no habían trascendido a los medios por ninguna de las partes.
La mayoría de las veces que hablamos de que Apple ha comprado algo, solemos hacer referencia a una compañía. Una empresa, más o menos pequeña, destinada a cubrir un hueco en el organigrama de la manzana de una manera más rápida que si tuvieran que hacerlo desarrollando recursos propios. Hay varios ejemplos al respecto, pero valga como uno que se ajusta como un guante a esta teoría la adquisición de Beats, armazón esencial de lo que ahora es Apple Music.
Cuatro meses después de que la Comisión de deudas y canjes de los EE.UU, SEC en inglés por Securities and Exchange Commission, comenzase la investigación sobre los procedimientos financieros de Apple, esta ha concluido sin que se vaya a tomar ningún tipo de acción contra la compañía.
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