Todavía recuerdo cuando compré el iPad de primera generación en junio de 2010, tenía claro que era un nuevo producto de Apple que venía con algunas limitaciones que seguro serían corregidas en el modelo siguiente. A pesar de ello no pude resistirme a hacerme con uno y probar esa nueva experiencia que Apple nos ofrecía.
Tal y como ya es habitual, las nuevas versiones de iOS tienden a ralentizar el funcionamiento de los iPhones y iPads más veteranos, ofreciendo un experiencia de usuario inferior aun a pesar de traer nuevas mejoras y características. Esto es algo que siempre ha pasado. Ocurrió el año pasado con el iPhone 4, ha vuelto a ocurrir este año con el iPhone 4s y ocurrirá con casi total seguridad al año que viene con el iPhone 5 cuando salga iOS 9.
Ayer mismo os traje la noticia sobre las mejoras en la aplicación Mapas para iOS 6 donde poco a poco ya se van viendo más detalles en algunas zonas y se ha renderizado correctamente otras. Tras todas las críticas acarreadas, seguramente te preguntes por qué Apple no tuvo un período de pruebas para corregir todos estos fallos. Yo por lo menos sí me lo he preguntado.
Tras el lanzamiento de la aplicación de Mapas en iOS 6, hubo mucho revuelo a causa de la gran cantidad de errores que habían. Puentes que no existían, islas desiertas, localizaciones erróneas... algunos de los errores más sonados se reunieron en un Tumblr prácticamente el día en que se lanzó iOS 6. Carlos nos comentó unos días después cómo podíamos mejorar la aplicación de Mapas informando a Apple de todos los errores que encontrábamos.