La postura de la Comunidad Europea respecto a las políticas de protección de datos y la seguridad de los usuarios es bien diferente a la del Gobierno de los Estados Unidos. Mientras en América, el FBI mantuvo un infructuoso enfrentamiento con Apple para conseguir acceder al iPhone de un terrorista, aquí parece que las autoridades comparten postura con Cupertino.
Las consecuencias derivadas del enfrentamiento que Apple y el Gobierno de los Estados unidos mantuvieron con el asunto del derecho a la privacidad frente a la seguridad de la mayoría aún siguen plenamente vigentes, al menos entre los políticos americanos.