Desde hace ya tiempo venimos escuchando rumores que sugieren que el iPhone de 2017 contará con un cambio radical de diseño y que Apple podría utilizar por vez primera una pantalla OLED, probablemente reservada al modelo de 5.5 pulgadas. Hoy, KGI Securities ha publicado su particular visión de cómo será la nueva generación del iPhone en 2017.
Como era de esperar, el protagonismo absoluto del nuevo MacBook Pro con Touch Bar de la semana anterior ha ido perdiendo progresivamente cuota dentro del ecosistema de Apple esta semana, dejando paso de nuevo a las eternas especulaciones sobre los futuros dispositivos que la marca nos tiene preparados en un futuro más o menos próximo.
Apple apuesta sin duda por un cambio de diseño en su gama iOS para volver a calar hondo entre sus potenciales usuarios y recuperar esa cuota de mercado perdida que muchos asocian con la sensación de pérdida tanto de la sensación de novedad como de estancamiento tecnológico que muchos achacan a las últimas generaciones del iPhone.
Estrenamos Noviembre con la resaca de la presentación de la nueva generación de los MacBook Pro, un innovador paso adelante por parte de Apple que no ha dejado indiferentes a usuarios y fanboys y que ha centrado la gran parte de las noticias sobre el ecosistema de la manzana.
Los recién llegados MacBook Pro son unas maquinas estupendas, unos portátiles que nos muestran por donde van los tiros en lo que al diseño y prestaciones de los portátiles se refiere, destacando, además de esa obsesión por aligerar peso y tamaño a todas costa o reducir su consumo energético, la adopción de la Touch Bar, esa barra OLED táctil y configurable en función de la app que estemos usando en eso momento y que se ha convertido ya en la señal de identidad de esta generación.
Ya llevamos tiempo escuchando el rumor que apunta a que el próximo iPhone, el modelo conmemorativo del décimo aniversario de la aparición en el mercado del revolucionario smartphone de Apple, el iPhone 8 (si no se cambia el nombre por sorpresa) vendrá plagado de cambios en su diseño y en sus prestaciones, empezando por la pantalla.
De repente, parece que todo el ecosistema Apple se ha puesto a girar alrededor de la llegada de la nueva generación de portátiles MacBook Pro. Si ayer empezábamos a recibir las invitaciones para el evento que se celebrará el día 27 de octubre y en el que posiblemente se presentarán públicamente o se hablaba del innovador teclado de tinta electrónica con caracteres adaptativos para los MacBook de 2018, hoy toca hablar de la característica más comentada de los modelos de este año.
Aunque todo el mundo daba por hecho que el iPhone 7 no iba a ser exactamente un salto tecnológico apabullante (y en cierto modo, es verdad), yo he sido uno de los gratamente sorprendidos por las prestaciones de la nueva generación, por sus características y por toda la parafernalia que Apple ha desplegado alrededor de su smartphone y de todo el ecosistema iOS. Sí, es un filón y el pilar fundamental de la economía actual de la compañía, pero ¿Qué pasa con el Mac?
Desde hace bastante tiempo hemos venido escuchando rumores que indicaban que este mismo año Apple podría presentar, junto al iPhone 7 y al iPhone 7 Plus, un tercer modelo que vendría a llamarse probablemente iPhone Pro. Los rumores sobre este tercer modelo del iPhone, sin embargo, se han ido evaporando durante las últimas semanas y, tal y como ya os contamos, no parece finalmente que Apple vaya a presentar este próximo mes de septiembre ningún otro iPhone que no sea una versión renovada del iPhone 6s y otra del iPhone 6s Plus.
Una de las cosas que más se le está echando en cara al iPhone 7, aún sin haber hecho acto de presencia todavía ni siquiera, es que no supone un salto tecnológico lo suficientemente importante como para resultar atractivo para quien quiera actualizar su dispositivo o para volver a resultar ese referente en la industria y en los medios que fue aquella primera generación y muchas de sus sucesoras.
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