La semana pasada, la Unión Europea decididía imponer a Apple el pago de 13.000 millones de euros en concepto de impuestos atrasados en Irlanda. La comisaria europea de Competencia de la Unión, Margrethe Vestager, avaló dicha decisión al considerar que la tasa de impuestos de la compañía en el país no era justo.
Cómo han cambiado las cosas. Hace menos de tres años, los grupos de activistas chinos en defensa del medioambiente protestaban contra la política en la materia de Apple, recriminando los niveles de contaminación presentes en las factorías que ensamblaban productos de la manzana, como era el caso del iPhone.
De un tiempo a esta parte, se ha venido comentando en diversos medios que las autoridades de Taiwan habían empezado a presionar a Apple y a Google para que modificasen sus actuales políticas de venta y cumplieran con un requerimiento legal que permitiese cancelar (y que se devolviera el dinero de la compra) en el plazo de una semana en todas las adquisiciones de aplicaciones de ambas compañías.
No acabo de entender como a estas alturas en algunos centros de trabajo de políticos no está autorizado el uso de dispositivos electrónicos. Ni móviles, ni ordenadores. Por suerte parece que esto está empezando a cambiar. Los parlamentarios alemanes anunciaron durante el año pasado que empezarían a utilizar el iPad para sustituir las toneladas de papel necesarias para su trabajo y ahora le toca el turno a los lores ingleses.
Según la información que apreciamos en la imagen del post, la compañía con sede en Cupertino ha modificado la norma relacionada con los daños provocados por elementos líquidos, y al parecer la decisión toma como base los indicadores de contacto líquido (LCI) que se ubican dentro de los dispositivos .