Si ayer conocimos que los fabricantes de smartphones chinos buscan alternativas a los paneles OLED para sus pantallas, ya que temen que Apple va a acaparar buena parte de la producción; hoy una nueva información nos indica que los temores de estos fabricantes chinos están más que justificados.
Ya llevamos tiempo escuchando el rumor que apunta a que el próximo iPhone, el modelo conmemorativo del décimo aniversario de la aparición en el mercado del revolucionario smartphone de Apple, el iPhone 8 (si no se cambia el nombre por sorpresa) vendrá plagado de cambios en su diseño y en sus prestaciones, empezando por la pantalla.
Tras una serie de tiras y aflojas, Foxconn, conocido por ser uno de los principales proveedores de Apple, ha cerrado por fin un acuerdo de compra con el fabricante de productos electrónicos Sharp por un montante final estimado en torno a los 3.500 millones de dólares, que vienen a ser poco más de 3.000 millones de euros.
Era un poco la "crónica de una compra anunciada", no en vano ya llevábamos meses escuchando que la cada vez más omnipresente Foxconn podría adquirir la la compañía japonesa Sharp, uno de los fabricantes de las pantallas de muchos dispositivos de Apple.