La Unión Europea recomienda a Apple que no haga de la evasión de impuestos un tema sujeto al debate público
El tema de la reclamación por parte de la Comisión Europea de esos 13.000 millones de Euros en concepto de pago de impuestos en el continente parece que está muy lejos de llegar a buen puerto y en la semana en que todo el mundo debería estar hablando de cómo será el iPhone 7, el asunto que sigue estando en boca de todos es el de los impuestos en Irlanda.
Y ya decimos que no tiene pinta de que vaya a enfriarse, porque los responsables financieros de la Unión no han tardado en responder a las declaraciones de Tim Cook en las que calificaba lo sucedido como una verdadera basura política, instando a no convertir un tema tan sensible como la evasión fiscal en un tema de debate público.
El encargado de contestar al CEO de Apple ha sido el presidente del eurogrupo de ministros de economía y máximo responsable de finanzas de la Unión Europea, Jeroen Dijsselbloem, el hombre en la foto al principio de este artículo, que cree que en Cupertino no han sabido interpretar el estado en el que se encuentra la opinión pública en temas como el que nos atañe.
Para Dijsselbloem, la actitud de Apple ante lo sucedido demuestra el desconocimiento que tiene Apple de la sociedad europea ante el tema de los impuestos y considera que no deberían recurrir a hacer del asunto un tema sujeto al debate público.
En unas declaraciones realizadas durante el actual foro de líderes del mundo de los negocios que se está celebrando en la localidad italiana de Ambrosetti, también califica lo sucedido como un asunto que lleva implícito una amplia carga moral y que las grandes compañías, sobre todo aquellas que tienen el calado como el que tiene Apple, no deberían hacer como que no pasa nada, echar balones fuera y no reconocer sus responsabilidades.
La actitud de ambas partes demuestra claramente las dos maneras en las que se está abordando el conflicto desde el punto de vista de Europa y de los Estados Unidos, los primeros pendientes de lo que es justo para el contribuyente, mientras que los segundos se preguntan por qué sería más justo para las empresas.
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